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Acerca de
Poemas en Inglés es un blog que pretende acercar poemas de lengua inglesa al castellano
Frases
"Por principio, toda traducción es buena. En cualquier caso, pasa con ellas lo que con las mujeres: de alguna manera son necesarias, aunque no todas son perfectas"

Augusto Monterroso

-La palabra mágica-

"Es imposible traducir la poesía. ¿Acaso se puede traducir la música?"

Voltaire

"La traducción destroza el espí­ritu del idioma"

Federico García Lorca
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Howard Camner -Mad Mildred (a liberated woman)
Monday, March 27, 2006
Mad Mildred (a liberated woman)
Howard Camner (1957)

She rocks back and forth in her rocking
chair
humming an old lullaby and knitting
mittens
for the children down the street
Across the room sitting at the card table
is the skeleton of her husband Frank
and the bones of their dog at his feet
Frank's skeleton has a pipe in his mouth
and is reading a forty year old newspaper
The dog's just dead
Mildred hated them both
One day she went insane
and just stopped feeding them


La loca Mildred (una mujer liberada)

Ella se mece de aquí para allá en su
mecedora
tatareando una vieja canción de cuna y
tejiendo guantes
para los niños del barrio
A través de la habitación sentado junto a la
mesa de cartas
se halla el esqueleto de su marido Frank
y los huesos del perro junto a sus pies
El esqueleto de Frank tiene una pipa en su
boca
y lee un periódico de hace cuarenta años
El perro se acaba de morir
Mildred odiaba a ambos
Un día se volvió loca
y les dejó de alimentar

Versión de Marta Braunstein

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Howard Camner -Granny and the wolf-
Granny and the wolf
Howard Camner (1957)

Alone in the woods
Leftover from a fairy tale
Granny prepares meals for a wolf
But he will not eat her cooking
It's nothing personal
It's just that she doesn't understand his
nature
she doesn't understand his needs
And as Granny slaves over a hot stove
the wolf wanders around outside, catches
her scent,
tracks her down, pounces on her, and eats
her alive
that is his naturethose are his needs
It's nothing personal


La abuela y el lobo

Sola en el bosque
sobra de un cuento de hadas
La abuela prepara comidas para un lobo
Pero el lobo no comerá su comida
No es un asunto personal
Sino simplemente que ella no entiende su
naturaleza
ella no entiende sus necesidades
Y mientras la abuela se afana sobre la
cocina caliente
el lobo camina por los alrededores, la
olfatea,
la localiza, se lanza sobre ella y se la come
viva
ésta es su naturaleza
éstas son sus necesidades
Nada personal

Versión de Marta Braunstein

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Howard Camner -My mentor-
My mentor
Howard Camner (1957)

My mentor sits
staring at a painting on his wall
It is a painting of a giant face
A giant face with no eyes, no mouth, no nose, no ears,
Nothing
just a blank face
My mentor just stares at it
all day and all night
I visit him once a week for inspiration
He never looks at me
He just stares at the painting of the blank face
and imparts his wisdom:
"The nail that holds this painting up on the
wall never gets a moment's rest.
Don't be a nail."


Mi mentor

Mi mentor está sentado
y mira un cuadro en la pared
Es el retrato de una cara gigante
Una cara gigantesca sin ojos, ni boca, sin nariz u orejas,
Nada
solo un rostro vacío
Mi mentor lo contempla sin descanso
día y noche
Yo le visito una vez por semana para inspirarme
El nunca me mira
Su vista está clavada en el retrato del rostro vacío
mientras imparte su sabiduría:
"El clavo que sujeta el cuadro en la pared
nunca consigue un momento de descanso.
No seas un clavo."

Traducción de Marta Braunstein

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Lewis Carroll -Through the looking glass- Prologue-
Sunday, March 26, 2006
Through the looking glass
Lewis Carroll (1832-1898)

Prologue

Child of the pure unclouded brow
And dreaming eyes of wonder!
Though time be fleet, and I and thou
Are half a life asunder,
Thy loving smile will surely hail
The love-gift of a fairy-tale.

I have not seen thy sunny face,
Nor heard thy silver laughter;
No thought of me shall find a place
In thy young life's hereafter --
Enough that now thou wilt not fail
To listen to my fairy-tale.

A tale begun in other days,
When summer suns were glowing --
A simple chime, that served to time
The rhythm of our rowing --
Whose echoes live in memory yet,
Though envious years would say 'forget'
Come, hearken then, ere voice of dread,
With bitter tidings laden,
Shall summon to unwelcome bed
A melancholy maiden!
We are but older children, dear,
Who fret to find our bedtime near.

Without, the frost, the blinding snow,
The storm-wind's moody madness --
Within, the firelight's ruddy glow
And childhood's nest of gladness.
The magic words shall hold thee fast:
Thou shalt not heed the raving blast.

And though the shadow of a sigh
May tremble through the story,
For 'happy summer days' gone by,
And vanish'd summer glory --
It shall not touch with breath of bale
The pleasance of our fairy-tale.


Alicia a través del espejo

Prólogo

Niño de pura y despejada frente
en cuyos ojos brilla el asombro de un sueño:
aunque el tiempo pase raudo y quiera
que media vida me separe de la tuya
tu tierna sonrisa acogerá con gozo
el regalo, lleno de amor, de un cuento.

No he visto tu cara radiante de luz
ni he oído la caricia de tu risa de plata;
la memoria de tu joven vida no guardará
luego de mí recuerdo alguno...
¡Básteme ahora que quieras escuchar
el cuento que te voy a contar!

Una historia que comenzó en días ya pasados
en el bochorno de una tarde de verano...
Una simple canción servía para impulsar
el ritmo de nuestro remar...
sus ecos perviven aún en la memoria; los años
envidiosos no lograrán hacérmelos olvidar.
¡Ven pronto y escucha, pues! Antes de que esa voz
venga a anunciar la terrible nueva
¡Y ordene acostarse a la melancólica joven
en ese lecho que tan poco desea!...
Amada: no somos más que niños grandes
que se agitan en vano cuando llega la hora de dormir

Afuera, triunfan los hielos y azotan las nieves,
brama la locura desatada del vendaval...
Dentro, nos acoge el rescoldo del hogar
y el nido feliz de la niñez.
Quedarás prendado por las mágicas palabras:
dejará de atemorizarte el furor de la tormenta.

Y aunque la sombra de un suspiro
quizá lata a lo largo de esta historia,
añorando esos «alegres días de un estío de antaño»
y el recuerdo desvanecido de un verano ya pasado...
no ajará con su infeliz aliento
la gracia encantada de nuestro cuento.

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Lewis Carroll -Through the looking-glass- Jabberwocky-
Through the looking glass
Lewis Carroll (1832-1898)

Jabberwocky

'Twas brillig, and the slithy toves
Did gyre and gimble in the wabe:
All mimsy were the borogoves,
And the mome raths outgrabe.

"Beware the Jabberwock, my son!
The jaws that bite, the claws that catch!
Beware the Jubjub bird, and shun
The frumious Bandersnatch!"

He took his vorpal sword in hand:
Long time the manxome foe he sought–
So rested he by the Tumtum tree,
And stood awhile in thought.

And, as in uffish thought he stood,
The Jabberwock, with eyes of flame,
Came wiffling through the tulgey wood,
And burbled as it came!

One, two! One, two! And through and through
The vorpal blade went snicker-snack!
He left it dead, and with its head
He went galumphing back.

"And hast thou slain the Jabberwock?
Come to my arms, my beamish boy!
O frabjous day! Callooh! Callay!"
He chortled in his joy.

'Twas brillig, and the slithy toves
Did gyre and gimble in the wabe:
All mimsy were the borogoves,
And the mome raths outgrabe.


Alicia a través del espejo

Jabberwocky

Calentoreaba, y las viscotivas tovas
vuelteaban y tregujereaban el terecho.
Misébiles estaban los borogovas
y los deros trugones bramastoilbaban.

¡Cuídate del Jabberwock, hijo mío!
¡De sus fauces que muerden, de sus zarpas que agarran!
¡Cuídate del ave jubjub y esquiva
al frumioso Bandersnatch!"

Él empuñó la vorpalina espada,
y persiguió al manxioso enemigo largo tiempo..
Hasta que, cansado, bajo el árbol Tum-Tum
se detuvo un rato a meditar

¡Y, cuando estaba en muforosos pensamientos,
el Jabberwock, con ojos llameantes,
vi.o volando a través del bosque túlgido,
y burbujereó al llegar!

Un, dos! ¡Un, dos! Hasta el tuétano
la vorpalina espada lo hizo pedazos.
Lo dejó muerto, y con su cabeza
galofrante regresó.

“Has matado al Jabberwock?
¡Ven a mis brazos, hijo radioso!
Oh, día frobioso! ¡Cualuuúh! i Cualuiiíh!”,
bufloqueó el viejo en su alegría.

Calentoreaba, y las viscotivas tovas
vuelteaban y tregujereaban el terecho.
Misébiles estaban los borogovas
y los deros trugones bramastoilbaban.

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posted by Alfil @ 7:36 PM   0 comments
Lewis Carroll -Through the looking glass- Hush-a-by lady, in Alice's lap...-
Through the looking glass
Lewis Carroll (1832-1898)

Hush-a-by lady, in Alice's lap...

Hush-a-by lady, in Alice's lap!
Till the feast's ready, we've time for a nap.
When the feast's over, we'll go to the ball--
Red Queen, and White Queen, and Alice, and all!


Alicia a través del espejo

Duérmete mi Reina sobre el regazo de tu Alicia...

Duérmete mi Reina sobre el regazo de tu Alicia.
Has que esté lista la merienda tendremos tiempo para una siesta.
Y cuando se acabe la fiesta nos iremos todas a bailar:
La Reina blanca, y la Reina roja, Alicia y todas las demás.

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posted by Alfil @ 7:27 PM   0 comments
Lewis Carroll -Through the looking glass- To the Looking-Glass world it was Alice that said...-
Through the looking glass
Lewis Carroll (1832-1898)

To the Looking-Glass world it was Alice that said...

To the Looking-Glass world it was Alice that said
"I've a sceptre in hand, I've a crown on my head.
Let the Looking-Glass creatures, whatever they be
Come and dine with the Red Queen, the White Queen, and me!"'

And hundreds of voices joined in the chorus:

`Then fill up the glasses as quick as you can,
And sprinkle the table with buttons and bran:
Put cats in the coffee, and mice in the tea--
And welcome Queen Alice with thirty-times-three!'

Then followed a confused noise of cheering, and Alice thought to herself `Thirty times three makes ninety. I wonder if any one's counting?' In a minute there was silence again, and the same shrill voice sang another verse:

`"O Looking-Glass creatures," quoth Alice, "draw near!
`Tis an honour to see me, a favour to hear:
`Tis a privilege high to have dinner and tea
Along with the Red Queen, the White Queen, and me!"'

Then came the chorus again:

`Then fill up the glasses with treacle and ink,
Or anything else that is pleasant to drink:
Mix sand with the cider, and wool with the wine--
And welcome Queen Alice with ninety-times-nine!'


Alicia a través del espejo

Al mundo del espejo Alicia le decía...

Al mundo del espejo Alicia le decía:
¡En la mano llevo el cetro y sobre la cabeza la corona!
¡Vengan a mí las criaturas del espejo, sean ellas las que fueren!
¡Vengan y coman todas conmigo, con la Reina roja y la Reina blanca!

Y cientos de voces se unieron entonces coreando:

¡llenad las copas hasta rebosar!
¡Adornad las mesas de botones y salvado!
¡Poned, gatos en el café y ratones en el té!
¡Y libemos por la Reina Alicia, no menos de treinta veces tres!

Siguió luego un confuso barullo de «vivas» y de brindis y Alicia pensó: - Treinta veces tres son noventa, ¿me pregunto si alguien estará contando? -Al minuto siguiente volvió a reinar el mayor silencio y la misma estridente voz de antes empezó a cantar una estrofa más:

¡Oh criaturas del espejo, clamó Alicia. Venid y acercaros a mí!
¡Os honro con mi presencia y os regalo con mi voz!
¡Qué alto privilegio os concedo de cenar y merendar conmigo,
con la Reina roja y con la Reina blanca!

Otra vez corearon las voces:

¡llenemos las copas hasta rebosar, con melazas y con tintas,
o con cualquier otro brebaje igualmente agradable de beber!
¡Mezclad la arena con la sidra y la lana con el vino!
iY brindemos por la Reina Alicia no menos de noventa veces nueve!

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posted by Alfil @ 7:15 PM   0 comments
Lewis Carroll -Through the looking glass- First, the fish must be caught...
Through the looking glass
Lewis Carroll (1832-1898)

First, the fish must be caught...

"First, the fish must be caught."
That is easy: a baby, I think, could have caught it.
"Next, the fish must be bought."
That is easy: a penny, I think, would have bought it.

"Now cook me the fish!"
That is easy, and will not take more than a minute.
"Let it lie in a dish!
"That is easy, because it already is in it.

"Bring it here! Let me sup!"
It is easy to set such a dish on the table.
"Take the dish-cover up!"
Ah, that is so hard that I fear I'm unable!

For it holds it like glue--
Holds the lid to the dish, while it lies in the middle:
Which is easiest to do,
Un-dish-cover the fish, or dishcover the riddle?'


Alicia a través del espejo

Primero, hay que pescar al pez...

Primero, hay que pescar al pez;
Cosa fácil es: hasta un niño recién nacido sabría hacerlo.
Luego, hay que comprar al pez;
Cosa fácil es: hasta con un penique podría lograrlo.

Ahora, cocíname a ese pez;
Cosa fácil es: no nos llevará ni tan siquiera un minuto.
Arréglamelo bien en una fuente:
pues vaya cosa: si ya está metido en una.

Tráemelo acá, que voy a cenar;
Nada más fácil que ponerla sobre la mesa
¡Destápame la fuente!
¡Ay! Esto sí que es difícil: no puedo yo con ella.

Porgue se pega como si fuera con cola,
Porque sujeta la tapa de la fuente mientras se recuesta en ella.
¿Qué es más fácil, pues,
descubrir la fuente o destapar la adivinanza?

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posted by Alfil @ 6:58 PM   0 comments
Lewis Carroll -Phantasmagoria- Canto I- The trystyng-
Phantasmagoria
Lewis Carroll (1832-1898)

Canto I - The Trystyng-

One winter night, at half-past nine,
Cold, tired, and cross, and muddy,
I had come home, too late to dine,
And supper, with cigars and wine,
Was waiting in the study.

There was a strangeness in the room,
And Something white and wavy
Was standing near me in the gloom -
I took it for the carpet-broom
Left by that careless slavey.

But presently the Thing began
To shiver and to sneeze:
On which I said "Come, come, my man!
That's a most inconsiderate plan.
Less noise there, if you please!"

"I've caught a cold," the Thing replies,
"Out there upon the landing."
I turned to look in some surprise,
And there, before my very eyes,
A little Ghost was standing!

He trembled when he caught my eye,
And got behind a chair.
"How came you here," I said, "and why?
I never saw a thing so shy.
Come out! Don't shiver there!"

He said "I'd gladly tell you how,
And also tell you why;
But" (here he gave a little bow)
"You're in so bad a temper now,
You'd think it all a lie.

"And as to being in a fright,
Allow me to remark
That Ghosts have just as good a right
In every way, to fear the light,
As Men to fear the dark."

"No plea," said I, "can well excuse
Such cowardice in you:
For Ghosts can visit when they choose,
Whereas we Humans ca'n't refuse
To grant the interview."

He said "A flutter of alarm
Is not unnatural, is it?
I really feared you meant some harm:
But, now I see that you are calm,
Let me explain my visit.

"Houses are classed, I beg to state,
According to the number
Of Ghosts that they accommodate:
(The Tenant merely counts as WEIGHT,
With Coals and other lumber).

"This is a 'one-ghost' house, and you
When you arrived last summer,
May have remarked a Spectre who
Was doing all that Ghosts can do
To welcome the new-comer.

"In Villas this is always done -
However cheaply rented:
For, though of course there's less of fun
When there is only room for one,
Ghosts have to be contented.

"That Spectre left you on the Third -
Since then you've not been haunted:
For, as he never sent us word,
'Twas quite by accident we heard
That any one was wanted.

"A Spectre has first choice, by right,
In filling up a vacancy;
Then Phantom, Goblin, Elf, and Sprite -
If all these fail them, they invite
The nicest Ghoul that they can see.

"The Spectres said the place was low,
And that you kept bad wine:
So, as a Phantom had to go,
And I was first, of course, you know,
I couldn't well decline."

"No doubt," said I, "they settled who
Was fittest to be sent
Yet still to choose a brat like you,
To haunt a man of forty-two,
Was no great compliment!"

"I'm not so young, Sir," he replied,
"As you might think. The fact is,
In caverns by the water-side,
And other places that I've tried,
I've had a lot of practice:

"But I have never taken yet
A strict domestic part,
And in my flurry I forget
The Five Good Rules of Etiquette
We have to know by heart."

My sympathies were warming fast
Towards the little fellow:
He was so utterly aghast
At having found a Man at last,
And looked so scared and yellow.

"At least," I said, "I'm glad to find
A Ghost is not a DUMB thing!
But pray sit down: you'll feel inclined
(If, like myself, you have not dined)
To take a snack of something:

"Though, certainly, you don't appear
A thing to offer FOOD to!
And then I shall be glad to hear -
If you will say them loud and clear -
The Rules that you allude to."

"Thanks! You shall hear them by and by.
This IS a piece of luck!"
"What may I offer you?" said I.
"Well, since you ARE so kind, I'll try
A little bit of duck.

"ONE slice! And may I ask you for
Another drop of gravy?"
I sat and looked at him in awe,
For certainly I never saw
A thing so white and wavy.

And still he seemed to grow more white,
More vapoury, and wavier -
Seen in the dim and flickering light,
As he proceeded to recite
His "Maxims of Behaviour."


Fantasmagoria

Canto I -La cita-

Una noche de invierno, a las nueve y media,
helado, cansado, enfadado y sucio de barro,
llegué a casa, demasiado tarde para comer,
aunque la cena, los puros y el vino
me esperaban en el estudio.

Una novedad había en la habitación
y algo blanco y ondulante
permanecía a mi lado en la penumbra.
Pensé que era la escoba de la alfombra
que la descuidada doncella había dejado allí.

Pero de repente esa cosa empezó
a temblar y estornudar.
Ante lo cual yo dije: "¡Vamos, vamos, amigo!
No es muy considerada esa actitud.
¡Por favor, no hagas tanto ruido!"

"Me he constipado", dijo la cosa,
"ahí fuera durante el aterrizaje."
Me volví sorprendido
y allí, frente a mis ojos,
¡me encontré un pequeño fantasma!

Cuando le reprendí, tembló de pies a cabeza
y se escondió detrás de una silla
"¿Cómo has llegado hasta aquí?", dije. "¿Por qué has venido?"
Nunca vi nada tan tímido.
"¡Sal de ahí! ¡Deja de temblar!"

Dijo: "Encantado le diré cómo
y también por qué he venido.
Pero..." (entonces se inclinó levemente).
"Ahora está usted de tan mal humor
que pensará que todo es mentira."

"Y en cuanto a lo de estar asustado,
permítame observar
que los fantasmas tenemos el mismo derecho,
en todos los aspectos., a temer a la luz
igual que los humanos teméis a la oscuridad."

"Ningún pretexto", dije, "puede excusar
la cobardía que he observado en ti.
Porque los fantasmas podéis visitarnos cuando queréis,
mientras que los humanos no podemos
rechazar la visita."

Respondió: "Alarmarse
es algo natural, ¿no es así?
Realmente yo temí que usted quisiera hacerme daño.
Pero, ahora que veo que se ha calmado,
deje que le explique mi visita.

"Las casas están clasificadas, tengo el honor de decirle,
según el número
de fantasmas que albergan.
(El inquilino apenas cuenta como carga,
junto con el carbón y otros trastos.

Ésta es la casa de 'un solo fantasma', y
cuando usted llegó el pasado verano,
podía haber advertido la presencia de un espectro que
estaba haciendo todo lo que hacen los fantasmas
para dar la bienvenida a un recién llegado.

Esto siempre se hace en las villas...
no importa a cuánto ascienda el alquiler,
porque, aunque desde luego es menos divertido
que sólo haya sitio para uno,
los fantasmas tenemos que acceder.

Ese espectro le dejó el día tres...
y desde entonces usted no ha sido visitado,
ya que él nunca nos dijo una palabra,
sino que, accidentalmente, oímos
que aquí alguien se necesitaba.

Por derecho, los espectros eligen los primeros,
a la hora de cubrir una vacante.
Luego, los fantasmas, los elfos, las hadas y los duendes...
Y si todos éstos fallan, se invita
al espíritu necrófago más simpático que se encuentre.

Los espectros dijeron que el lugar era humilde
y que usted guardaba un vino muy malo.
Así que tuvo que venir un fantasma
y, como yo era el primero, ya sabe,
no pude negarme."

"Sin duda", dije, "eligieron
al mejor que podían enviar,
¡Aunque elegir a un mocoso como tú
para visitar a un hombre de cuarenta y dos,
no ha sido un gran detalle!"

"No soy tan joven, señor", contestó,
"como usted piensa. El hecho es
que en cavernas al lado del mar
y en otros lugares, que me ha tocado probar,
he adquirido una gran experiencia.

Pero hasta ahora nunca he formado parte
estrictamente de una casa,
y con las prisas olvidé
las Cinco Normas Básicas de la Etiqueta
que de memoria debernos conocer.

Mis sentimientos pronto aceptaron
al pequeño individuo.
Éste estaba absolutamente espantado
por haber, por fin encontrado un humano
y parecía muy asustado y acobardado.

"¡Por fin", dije, "estoy contento de haber descubierto
que los fantasmas no son mudos !
Pero, por favor, siéntate. Quizá te apetezca
(si, como yo no has cenado)
tomar un bocado.

Aunque, ciertamente, no pareces
algo a lo que pueda ofrecerse comida.
Y luego me encantará escuchar...,
si me las dices alto y claro...,
las normas a las que tú aludías."

¡Gracias las oirás luego más tarde.
Esto sí que ha sido suerte!."
"¿Qué puedo ofrecerte?", dije.
"Bueno, ya que es usted tan amable, probaré
un poco de pato.

¡Una tajada! ¿Y podría pedirle
otra gotita de salsa?"
Me senté y le miré asombrado,
porque realmente nunca había visto
una cosa tan blanca y ondulante.

Y todavía parecía hacerse más blanco,
más vaporoso y más ondulante...,
visto en la borrosa y parpadeante luz,
mientras recitaba
sus "Máximas de Comportamiento".

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Lewis Carroll -The Walrus and the Carpenter-
The Walrus and the Carpenter
Lewis Carroll (1832-1898)

`The sun was shining on the sea,
Shining with all his might:
He did his very best to make
The billows smooth and bright --
And this was odd, because it was
The middle of the night.

The moon was shining sulkily,
Because she thought the sun
Had got no business to be there
After the day was done --
"It's very rude of him," she said,
"To come and spoil the fun!"

The sea was wet as wet could be,
The sands were dry as dry.
You could not see a cloud, because
No cloud was in the sky:
No birds were flying over head --
There were no birds to fly.

The Walrus and the Carpenter
Were walking close at hand;
They wept like anything to see
Such quantities of sand:
"If this were only cleared away,
"They said, "it would be grand!"

"If seven maids with seven mops
Swept it for half a year,
Do you suppose," the Walrus said,
"That they could get it clear?"
"I doubt it," said the Carpenter,
And shed a bitter tear.

"O Oysters, come and walk with us!
"The Walrus did beseech."
A pleasant walk, a pleasant talk,
Along the briny beach:
We cannot do with more than four,
To give a hand to each."

The eldest Oyster looked at him.
But never a word he said:
The eldest Oyster winked his eye,
And shook his heavy head --
Meaning to say he did not choose
To leave the oyster-bed.

But four young oysters hurried up,
All eager for the treat:
Their coats were brushed, their faces washed,
Their shoes were clean and neat --
And this was odd, because, you know,
They hadn't any feet.

Four other Oysters followed them,
And yet another four;
And thick and fast they came at last,
And more, and more, and more --
All hopping through the frothy waves,
And scrambling to the shore.

The Walrus and the Carpenter
Walked on a mile or so,
And then they rested on a rock
Conveniently low:
And all the little Oysters stood
And waited in a row.

"The time has come," the Walrus said,
"To talk of many things:
Of shoes -- and ships -- and sealing-wax --
Of cabbages -- and kings --
And why the sea is boiling hot --
And whether pigs have wings."

"But wait a bit," the Oysters cried,
"Before we have our chat;
For some of us are out of breath,
And all of us are fat!"
"No hurry!" said the Carpenter.
They thanked him much for that.

"A loaf of bread," the Walrus said,
"Is what we chiefly need:
Pepper and vinegar besides
Are very good indeed --
Now if you're ready Oysters dear,
We can begin to feed."

"But not on us!" the Oysters cried,
Turning a little blue,"
After such kindness, that would be
A dismal thing to do!"
"The night is fine," the Walrus said
"Do you admire the view?

"It was so kind of you to come!
And you are very nice!"
The Carpenter said nothing but"
Cut us another slice:
I wish you were not quite so deaf --
I've had to ask you twice!"

"It seems a shame," the Walrus said,
"To play them such a trick,
After we've brought them out so far,
And made them trot so quick!"
The Carpenter said nothing but"
The butter's spread too thick!"

"I weep for you," the Walrus said.
"I deeply sympathize.
"With sobs and tears he sorted out
Those of the largest size.
Holding his pocket handkerchief
Before his streaming eyes.

"O Oysters," said the Carpenter.
"You've had a pleasant run!
Shall we be trotting home again?"
But answer came there none --
And that was scarcely odd, because
They'd eaten every one.'


La Morsa y el Carpintero

¡Brillaba el sol sobre la mar!
Con el fulgor implacable de sus rayos
se esforzaba, denodado, por aplanar
y alisar las henchidas ondas;
y sin embargo, aquello era bien extraño
pues era ya más de media noche.

La luna rielaba con desgana
pues pensaba que el sol
no tenía por qué estar ahí
después de acabar el dia...
¡Qué grosero! --decia con un mohín,
--¡venir ahora a fastidiarlo todo!

La mar no podía estar más mojada
ni más secas las arenas de la playa;
no se veía ni una nube en el firmamento
porque, de hecho, no habict ninguna;
tampoco surcaba el cielo un solo pájaro
pues, en efecto, no quedaba ninguno.

La morsa y el carpintero
se paseaban cogidos de la mano:
lloraban, inconsolables, de la pena
de ver tanta y tanta arena.
¡Si sólo la aclararan un poco,
qué maravillosa sería la playa!

--Si siete fregonas con siete escobas
la barrieran durante medio año,
¿te parece --indagó la morsa atenta--
que lo dejarían todo bien lustrado?
--Lo dudo-- confesó el carpintero
y lloró una amarga lágrima.

¡Oh ostras! ¡Venid a pasear con nosotros!
requirió tan amable, la morsa.
--Un agradable paseo, una pausada charla
por esta playa salitrosa:
mas no vengáis más de cuatro
que más de la mano no podríamos.

Una venerable ostra le echó una mirada
pero no dijo ni una palabra.
Aquella ostra principal le guiñó un ojo
y sacudió su pesada cabeza...
Es gue quería decir que prefería
no dejar tan pronto su ostracismo.

Pero otras cuatro ostrillas infantes
se adelantaron ansiosas de regalarse:
limpios los jubones y las caras bien lavadas
los zapatos pulidos y brillantes;
y esto era bien extraño
pues ya sabéis que no tenían pies.

Cuatro ostras más las siguieron
y aún otras cuatro más;
por fin vinieron todas a una
más y már y más... brincando
por entre la espuma de la rompiente
se apresuraban a ganar la playa.

La morsa y el carpintero
caminaron una milla, más o menos,
y luego reposaron sobre una roca
de conveniente altura;
mientras, las otras las aguardaban
formando, expectantes, en fila.

--Ha llegado la hora --dijo la morsa--
de que hablemos de muchas cosas:
de barcos... lacres... y zapatos;
de reyes... y repollos...
y de por qué hierve el mar tan caliente
y de si vuelan procaces los cerdos.

--Pero ¡esperad un poco!-- gritaron las ostras
y antes de charla tan sabrosa
dejadnos recobrar un poco el aliento
¡que estamos todas muy gorditas!
--¡No hay prisa!-- concedió el carpintero
y mucho le agradecieron el respiro.

--Una hogaza de pan --dijo la morsa--,
es lo que principalmente necesitamos:
pimienta y vinagre, además,
tampoco nos vendrán del todo mal...
y ahora, ¡preparaos, ostras queridas!,
que vamos ya a alimentarnos.

--Pero, ¡no con nosotras!-- gritaron las ostras
poniéndose un poco moradas;
--¡que después de tanta amabilidad
eso sería cosa bien ruin!
--La noche es bella --admiró la morsa--
¿no te impresiona el paisaje?

--¡Qué amables habéis sido en venir!
iY qué ricas que sois todas!
Poco decía el carpintero, salvo
--¡Córtame otra rebanada de pan!,
Y ojalá no estuvieses tan sordo
que, ¡ya lo he tenido gue decir dos veces!

--¡Qué pena me da --exclamó la morsa--
haberles jugado esta faena!
¡Las hemos traído tan lejos
y trotaron tanto las pobres!
Mas el carpintero no decía nada, salvo
--¡Demasiada manteca has untado!

--¡Lloro por vosotras!- gemía la morsa.
--¡Cuánta pena me dais!-- seguía lamentando
y entre lágrimas y sollozos escogía
las de tamaño más apetecible;
restañaba con generoso pañuelo
esa riada de sentidos lagrimones.

--¡Oh, ostras!-- dijo al fin el carpintero.
--¡Qué buen paseo os hemos dado!,
¿os parece ahora que volvamos a casita?--
Pero nadie le respondía...
y esto sí que no tenía nada de extraño,
pues se las habían zampado todas.

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Lewis Carroll -The hunting of the Snark- Fit the First. The landing-
The hunting of the Snark
Lewis Carroll (1832-1898)

Fit the First
1. The landing

"Just the place for a Snark!" the Bellman cried,
As he landed his crew with care;
Supporting each man on the top of the tide
By a finger entwined in his hair.

"Just the place for a Snark! I have said it twice:
That alone should encourage the crew.
Just the place for a Snark! I have said it thrice:
What i tell you three times is true."

The crew was complete: it included a Boots--
A maker of Bonnets and Hoods--
A Barrister, brought to arrange their disputes--
And a Broker, to value their goods.

A Billiard-maker, whose skill was immense,
Might perhaps have won more than his share--
But a Banker, engaged at enormous expense,
Had the whole of their cash in his care.

There was also a Beaver, that paced on the deck,
Or would sit making lace in the bow:
And had often (the Bellman said) saved them from wreck,
Though none of the sailors knew how.

There was one who was famed for the number of things
He forgot when he entered the ship:
His umbrella, his watch, all his jewels and rings,
And the clothes he had bought for the trip.

He had forty-two boxes, all carefully packed,
With his name painted clearly on each:
But, since he omitted to mention the fact,
They were all left behind on the beach.

The loss of his clothes hardly mattered, because
He had seven coats on when he came,
With three pairs of boots--but the worst of it was,
He had wholly forgotten his name.

He would answer to "Hi!" or to any loud cry,
Such as "Fry me!" or "Fritter my wig!"
To "What-you-may-call-um!" or "What-was-his-name!"
But especially "Thing-um-a-jig!"

While, for those who preferred a more forcible word,
He had different names from these:
His intimate friends called him "Candle-ends,"
And his enemies "Toasted-cheese."

"His form in ungainly--his intellect small--"
(So the Bellman would often remark)
"But his courage is perfect! And that, after all,
Is the thing that one needs with a Snark."

He would joke with hyenas, returning their stare
With an impudent wag of the head:
And he once went a walk, paw-in-paw, with a bear,
"Just to keep up its spirits," he said.

He came as a Baker: but owned, when too late--
And it drove the poor Bellman half-mad--
He could only bake Bridecake--for which, I may state,
No materials were to be had.

The last of the crew needs especial remark,
Though he looked an incredible dunce:
He had just one idea--but, that one being "Snark,"
The good Bellman engaged him at once.

He came as a Butcher: but gravely declared,
When the ship had been sailing a week,
He could only kill Beavers. The Bellman looked scared,
And was almost too frightened to speak:

But at length he explained, in a tremulous tone,
There was only one Beaver on board;
And that was a tame one he had of his own,
Whose death would be deeply deplored.

The Beaver, who happened to hear the remark,
Protested, with tears in its eyes,
That not even the rapture of hunting the Snark
Could atone for that dismal surprise!

It strongly advised that the Butcher should be
Conveyed in a separate ship:
But the Bellman declared that would never agree
With the plans he had made for the trip:

Navigation was always a difficult art,
Though with only one ship and one bell:
And he feared he must really decline, for his part,
Undertaking another as well.

The Beaver's best course was, no doubt, to procure
A second-hand dagger-proof coat--
So the Baker advised it-- and next, to insure
Its life in some Office of note:

This the Banker suggested, and offered for hire
(On moderate terms), or for sale,
Two excellent Policies, one Against Fire,
And one Against Damage From Hail.

Yet still, ever after that sorrowful day,
Whenever the Butcher was by,
The Beaver kept looking the opposite way,
And appeared unaccountably shy.


La caza del Snark

Canto primero
1.El desembarco

“¡Excelente lugar para el snark!”, exclamó el capitán,
a la vez que desembarcaba con sumo cuidado a su tripulación:
ensortijando los cabellos de cada marinero en su dedo,
les ponía fuera del alcance de la olas.

“¡Excelente lugar para el snark!”, repitió,
como si esta sola frase debiera estimular a la tripulación.
“¡Excelente lugar para el snark!, y lo digo por tercera vez.
Recordad, todo lo que os diga tres veces es siempre verdad.”

La tripulación estaba completa. Contaba con un limpiabotas,
un sombrerero que también hacía capuchas;
un abogado, a quien trajeron para que pusiera orden en sus
disputas; y un tasador, para que valorase sus pertenencias.

Un empleado de los billares, hombre de inmensa habilidad,
y que quizás se habría hecho con algo más de lo que
le correspondía de no haber sido por un banquero, contratado
con un enorme gasto, y que era quien administraba el dinero.

Un castor también había, que marcaba el paso sobre la
cubierta y que, a veces, se sentaba en la proa a hacer encaje.
A menudo les había salvado del naufragio, según explicó el
capitán, aunque ninguno de los marineros supo cómo.

Había un tipo famoso por la cantidad de cosas
que olvidó en tierra al embarcar
su paraguas, su reloj, todas sus alhajas y anillos
y la ropa que había comprado para la expedición.

Tenía cuarenta y dos baúles, todos cuidadosamente
embalados y con su nombre claramente rotulado en ellos;
pero, como omitió decir que los tenía,
todos se quedaron en la playa.

En realidad, apenas le importó la pérdida de sus ropas,
pues cuando embarcó traía puestos siete abrigos
y tres pares de botas. Lo peor de todo fue
que… ¡había olvidado completamente su nombre!

Respondía al grito de “¡eh!” o a cualquier grito fuerte,
como “¡fríame!” o “¡fría mi peluca!”
También, al de “¡como se llame!” o “¿cuál era su nombre?”,
pero especialmente a “¡como diantre se llame!”

Mientras que, para aquellos que preferían palabras más
concluyentes, tenía varios nombres; por ejemplo,
sus amigos más íntimos le llamaban “velilla”
y sus enemigos “queso tostado”.

“Su aspecto es desgalichado y su intelecto corto”,
solía hacer notar a menudo el capitán,
“pero su valor es perfecto y, después de todo,
esto es lo que se necesita con un snark.”

Solía bromear con las hienas y les sostenía la mirada,
con un impúdico movimiento de cabeza.
Y cuentan que una vez fue a pasear, zarpa con zarpa, con un
oso, “para mantener el ánimo”, según explicó.

Vino de panadero, y confesó cuando era demasiado tarde
—con lo que volvió medio loco al pobre capitán—
que sólo sabía hacer tarta nupcial, para lo cual debo decir
que ni había ni iba a haber ingredientes.

El último miembro de la tripulación necesita descripción
especial, aunque tenía un increíble aspecto de zopenco.
No tenía más que una idea, que era la del snark;
por ello el buen capitán le contrató al momento.

Vino de carnicero, pero declaró con gran seriedad,
cuando hacía una semana que el barco había zarpado,
que sólo sabía matar castores. El capitán se asustó:
vamos, que estaba demasiado aterrado para hablar.

Pero finalmente explicó, en tono trémulo
que sólo había un castor a bordo,
que era de su propiedad y tenía domesticado,
y cuya muerte deploraría profundamente.

El castor, que casualmente oyó esta observación,
protestó con lágrimas en los ojos
y dijo que ni siquiera el éxtasis de cazar el snark
podría compensar la funesta sorpresa.

Exigió enérgicamente que se transportase
al carnicero en un barco aparte.
Pero el capitán se negó a tomar tal precaución
porque no convenía al plan de la expedición.

“¡La navegación es siempre un difícil arte,
incluso con un sólo barco y una sóla campana!”, exclamo
el capitán, por lo que lamentaba tener que declinar
el hacerse cargo de otro más.

Lo mejor que podía hacer el castor, sin duda alguna,
era procurarse un abrigo de segunda mano a prueba de
cuchillos. Este fue el consejo del panadero. Y luego, que se
hiciera un seguro de vida en alguna compañía de renombre.

Esto sugirió el banquero y le ofreció en alquiler,
a precio módico, o en venta
dos excelentes pólizas: una contra incendios
y otra contra daños por el granizo.

Aún ahora, desde aquel triste día,
siempre que el carnicero aparecía por allí,
el castor miraba hacia el lado contrario
y se mostraba indeciblemente tímido.

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Lewis Carroll -The hunting of the Snark- Fit the Second. The Bellman's speech-
The hunting of the Snark
Lewis Carroll (1832-1898)

Fit the Second
2.The Bellman's speech

The Bellman himself they all praised to the skies--
Such a carriage, such ease and such grace!
Such solemnity, too! One could see he was wise,
The moment one looked in his face!

He had bought a large map representing the sea,
Without the least vestige of land:
And the crew were much pleased when they found it to be
A map they could all understand.

"What's the good of Mercator's North Poles and Equators,
Tropics, Zones, and Meridian Lines?"
So the Bellman would cry: and the crew would reply
"They are merely conventional signs!

"Other maps are such shapes, with their islands and capes!
But we've got our brave Captain to thank:
(So the crew would protest) "that he's bought us the best--
A perfect and absolute blank!"

This was charming, no doubt; but they shortly found out
That the Captain they trusted so well
Had only one notion for crossing the ocean,
And that was to tingle his bell.

He was thoughtful and grave--but the orders he gave
Were enough to bewilder a crew.
When he cried "Steer to starboard, but keep her head larboard!"
What on earth was the helmsman to do?

Then the bowsprit got mixed with the rudder sometimes:
A thing, as the Bellman remarked,
That frequently happens in tropical climes,
When a vessel is, so to speak, "snarked."

But the principal failing occurred in the sailing,
And the Bellman, perplexed and distressed,
Said he had hoped, at least, when the wind blew due East,
That the ship would not travel due West!

But the danger was past--they had landed at last,
With their boxes, portmanteaus, and bags:
Yet at first sight the crew were not pleased with the view,
Which consisted to chasms and crags.

The Bellman perceived that their spirits were low,
And repeated in musical tone
Some jokes he had kept for a season of woe--
But the crew would do nothing but groan.

He served out some grog with a liberal hand,
And bade them sit down on the beach:
And they could not but own that their Captain looked grand,
As he stood and delivered his speech.

"Friends, Romans, and countrymen, lend me your ears!"
(They were all of them fond of quotations:
So they drank to his health, and they gave him three cheers,
While he served out additional rations).

"We have sailed many months, we have sailed many weeks,
(Four weeks to the month you may mark),
But never as yet ('tis your Captain who speaks)
Have we caught the least glimpse of a Snark!

"We have sailed many weeks, we have sailed many days,
(Seven days to the week I allow),
But a Snark, on the which we might lovingly gaze,
We have never beheld till now!

"Come, listen, my men, while I tell you again
The five unmistakable marks
By which you may know, wheresoever you go,
The warranted genuine Snarks.

"Let us take them in order. The first is the taste,
Which is meager and hollow, but crisp:
Like a coat that is rather too tight in the waist,
With a flavor of Will-o-the-wisp.

"Its habit of getting up late you'll agree
That it carries too far, when I say
That it frequently breakfasts at five-o'clock tea,
And dines on the following day.

"The third is its slowness in taking a jest.
Should you happen to venture on one,
It will sigh like a thing that is deeply distressed:
And it always looks grave at a pun.

"The fourth is its fondness for bathing-machines,
Which is constantly carries about,
And believes that they add to the beauty of scenes--
A sentiment open to doubt.

"The fifth is ambition. It next will be right
To describe each particular batch:
Distinguishing those that have feathers, and bite,
And those that have whiskers, and scratch.

"For, although common Snarks do no manner of harm,
Yet, I feel it my duty to say,
Some are Boojums--" The Bellman broke off in alarm,
For the Baker had fainted away.


La caza del Snark

Canto segundo
2.El discurso del capitán

Al capitán todos le ponían en el alto candelero.
¡Qué porte, qué soltura y qué gracia!,
y ¡tan solemne también! Cualquiera podía ver que
era un sabio sólo con mirarle a la cara.

Había comprado un gran mapa que representaba el mar
y en el que no había vestigio de tierra;
y la tripulación se puso contentísima al ver
que era un mapa que todos podían entender.

“¿De qué sirven los polos, los ecuadores,
los trópicos, las zonas y los meridianos de Mercator?
Así gritaba el capitán. Y la tripulación respondía:
“¡No son más que signos convencionales!”

“¡Otros mapas tienen formas, con sus islas y sus cabos!
¡Pero hemos de agradecer a nuestro valiente capitán
el habernos traído el mejor —añadían—,
uno perfecto y absolutamente en blanco!”

Esto era encantador, sin duda, pero enseguida descubrieron
que su capitán, en quien todos confiaban ciegamente,
sólo tenía una noción de cómo cruzar el Océano,
y ésta era ir tocando la campana.

Era pensativo y serio, pero las órdenes que daba
bastaban para desconcertar a toda la tripulación.
Cuando ordenaba: “¡Rumbo a estribor, pero mantengan la
proa a babor!”, ¿qué diablos debía hacer el timonel?

También, a veces, solían confundir el bauprés y el timón,
cosa que, según hizo notar el capitán, ocurría
con frecuencias en climas tropicales cuando el barco
está, por así decirlo, “esnarkado”.

Pero el problema principal estaba en la navegación,
y el capitán, perplejo y acongojado,
confesó que esperaba que, al menos, cuando el viento soplara
hacia el este, el barco no enfilara hacia el oeste.

Pero el peligro había pasado; por fin habían desembarcado
con sus baúles, maletas y sacos.
Sin embargo, la tripulación no quedó complacida con lo que
a primera vista descubrió: ¡despeñaderos y precipicios!

El capitán intuyó que estaban bajos de moral
y, con tono musical, les explicó algunos chistes
que reservaba para momentos de infortunio.
Pero la tripulación no dejó de lamentarse.

Sirvió a todos generosas copas de ponche
y les propuso sentarse en la playa.
Y todos convinieron en que su capitán tenía un porte
sublime, allí firme, aprestándose a soltar su discurso.

“¡Amigos, romanos y paisanos, prestadme vuestros oídos!”
(Todos eran muy aficionados a las citas;
así pues, brindaron a su salud y le dieron tres hurras.
Él, agradecido, les sirvió algo más de ponche.)

“¡Hemos navegado muchos meses, hemos navegado muchas
semanas (cuatro semanas cada mes, recordadlo),
pero hasta el momento (y os lo dice vuestro capitán)
ni hemos visto ni olido al snark!”

“¡Hemos navegado muchas semanas, hemos navegado muchos
días (siete días cada semana, os lo aseguro),
pero hasta ahora ni un snark
sobre el que posar nuestra amorosa mirada!”

“Venid y escuchad mientras os repito
las cinco señales inconfundibles
por las que reconoceréis con plena garantía,
donde quiera que estéis, el genuino snark.

“Digámoslas por orden. La primera es su sabor,
que es escaso y hueco, pero crujiente
como un abrigo que estuviese demasiado ajustado en la
cintura, con aroma a fuego fatuo.

“Tiene el hábito de levantarse tarde;
estaréis de acuerdo en que lo lleva demasiado lejos
cuando os diga que, a menudo, se desayuna para el té de las
cinco y que come al día siguiente.

“La tercera es su lentitud para entender un chiste.
Si te aventuras a explicarle uno,
suspirará como lo haría alguien profundamente desdichado,
y siempre se pone serio ante un juego de palabras.

“La cuarta es su afición a las máquinas de baño.
¡Siempre carga con una tras él!
Y está convencido de que añaden belleza al panorama;
una opinión discutible, a mi entender.

“La quinta es la ambición. Ahora convendrá
describir las diferentes especies,
distinguiendo los que tienen plumas y muerden
de aquellos otros que tienen bigotes y arañan.

“Pues aunque los snarks corrientes no hacen ningún daño,
creo que es mi obligación advertir que algunos son
buchams…” El capitán se interrumpió alarmado.
¡El panadero se había desmayado!

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Lewis Carroll -The hunting of the Snark- Fit the third. The baker's tale-
The hunting of the Snark
Lewis Carroll (1832-1898)

Fit the Third
3.The baker's tale

They roused him with muffins--they roused him with ice--
They roused him with mustard and cress--
They roused him with jam and judicious advice--
They set him conundrums to guess.

When at length he sat up and was able to speak,
His sad story he offered to tell;
And the Bellman cried "Silence! Not even a shriek!"
And excitedly tingled his bell.

There was silence supreme! Not a shriek, not a scream,
Scarcely even a howl or a groan,
As the man they called "Ho!" told his story of woe
In an antediluvian tone.

"My father and mother were honest, though poor--
" "Skip all that!" cried the Bellman in haste.
"If it once becomes dark, there's no chance of a Snark--
We have hardly a minute to waste!"

"I skip forty years," said the Baker, in tears,
"And proceed without further remark
To the day when you took me aboard of your ship
To help you in hunting the Snark.

"A dear uncle of mine (after whom I was named)
Remarked, when I bade him farewell--"
"Oh, skip your dear uncle!" the Bellman exclaimed,
As he angrily tingled his bell.

"He remarked to me then," said that mildest of men,
" 'If your Snark be a Snark, that is right:
Fetch it home by all means--you may serve it with greens,
And it's handy for striking a light. "

'You may seek it with thimbles--and seek it with care;
You may hunt it with forks and hope;
You may threaten its life with a railway-share;
You may charm it with smiles and soap--' "

("That's exactly the method," the Bellman bold
In a hasty parenthesis cried,
"That's exactly the way I have always been told
That the capture of Snarks should be tried!")

" 'But oh, beamish nephew, beware of the day,
If your Snark be a Boojum! For then
You will softly and suddenly vanish away,
And never be met with again!'

"It is this, it is this that oppresses my soul,
When I think of my uncle's last words:
And my heart is like nothing so much as a bowl
Brimming over with quivering curds!

"It is this, it is this--" "We have had that before!"
The Bellman indignantly said.
And the Baker replied "Let me say it once more.
It is this, it is this that I dread!

"I engage with the Snark--every night after dark--
In a dreamy delirious fight:
I serve it with greens in those shadowy scenes,
And I use it for striking a light:

"But if ever I meet with a Boojum, that day,
In a moment (of this I am sure),
I shall softly and suddenly vanish away--
And the notion I cannot endure!"


La caza del Snark

Canto tercero
3.La historia del panadero

Le despertaron con bizcochos; le animaron con hielo,
les despertaron con mostaza y con berros;
le animaron con mermeladas y con juiciosos consejos,
y le pusieron acertijos para que los adivinara.

Cuando por fin se incorporó y pudo soltar palabra,
ofreció explicarles su triste historia.
Y el capitán gritó: “¡Silencio! No quiero oír ni una mosca”,
y agitó su campana con gran excitación.

Se hizo un supremo silencio. Ni un chillido, ni un giro,
apenas algún que otro lamento o gemido se oyó…
mientras el hombre a quien llamaban “¡Eh!” explicó
su calamitosa historia con antediluviana entonación.

“Mi padre y mi madre eran pobres, pero honrados.”
“¡Ahórranos todo eso!”, bramó impaciente el capitán.
“Si se nos hace de noche ya no habrá posibilidad de ver al
snark, No podemos perder ni un momento.”

“Me saltaré cuarenta años”, dijo casi llorando el panadero,
“y seguiré adelante sin hacer más observaciones
hasta el día en que me enroló en su navío
para ayudarle en la caza del snark”.

“Un tío mío muy querido (precisamente llevo su mismo
nombre) observó, cuando nos despedíamos…”
“¡Oh, sáltate también a tu querido tío!”,
exclamó furioso el capitán mientras tocaba la campana.

“Me hizo notar entonces”, continuó diciendo aquel santo
varón: “Si un snark es un snark, está bien. Tráelo a casa
por todos los medios: puedes servirlo con ensalada
y también vale para encender el fuego.

“Puedes buscarlo con dedales y buscarlo también con
cuidado. Puedes perseguirlo con tenedores y esperanza.
Puedes amenazarlo con una acción de los ferrocarriles
y puedes cultivarlo con sonrisas y jabón.”

“¡Ese es exactamente el método!, aseguró el capitán
en un súbito paréntesis, “Así es exactamente como
siempre me han dicho que debería
intentarse la captura del snark.”

“Pero, ¡oh refulgante [refulgente+fulgurante] sobrino mío!, ¡guárdate bien
si tu snark es un búcham!, porque entonces
súbita y suavemente desaparecerás,
¡y no aparecerás nunca jamás!”

“Esto es…, esto es lo que oprime mi alma
al recordar las últimas palabras de mi tío.
Mi corazón se asemeja a un cuenco
rebosante de cuajos palpitantes.”

“Esto es…, esto es…” “¡Ya nos lo has dicho antes!”,
dijo indignado el capitán.
Y el panadero contestó: “Déjeme decirlo otra vez.
Esto es…, esto es lo que me produce pavor.”

“Todas las noches entablo en sueños
una lucha delirante con el snark.
Y en esas fantasías lo sirvo con ensalada
y lo uso para encender fuego.

“Pero si alguna vez tropiezo con un búcham, ese día,
al momento (de eso estoy seguro),
súbita y suavemente desapareceré.
¡Y esa idea no la puedo soportar!”

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Lewis Carroll -The hunting of the Snark- Fit the fourth. The hunting-
The hunting of the Snark
Lewis Carroll (1832-1898)

Fit the fourth
4.The hunting

The Bellman looked uffish, and wrinkled his brow.
"If only you'd spoken before!
It's excessively awkward to mention it now,
With the Snark, so to speak, at the door!

"We should all of us grieve, as you well may believe,
If you never were met with again--
But surely, my man, when the voyage began,
You might have suggested it then?

"It's excessively awkward to mention it now--
As I think I've already remarked."
And the man they called "Hi!" replied, with a sigh,
"I informed you the day we embarked.

"You may charge me with murder--or want of sense--
(We are all of us weak at times):
But the slightest approach to a false pretense
Was never among my crimes!

"I said it in Hebrew--I said it in Dutch--
I said it in German and Greek:
But I wholly forgot (and it vexes me much)
That English is what you speak!"

'Tis a pitiful tale," said the Bellman, whose face
Had grown longer at every word:
"But, now that you've stated the whole of your case,
More debate would be simply absurd.

"The rest of my speech" (he explained to his men)
"You shall hear when I've leisure to speak it.
But the Snark is at hand, let me tell you again!
'Tis your glorious duty to seek it!

"To seek it with thimbles, to seek it with care;
To pursue it with forks and hope;
To threaten its life with a railway-share;
To charm it with smiles and soap!

"For the Snark's a peculiar creature, that won't
Be caught in a commonplace way.
Do all that you know, and try all that you don't:
Not a chance must be wasted to-day!

"For England expects--I forbear to proceed:
'Tis a maxim tremendous, but trite:
And you'd best be unpacking the things that you need
To rig yourselves out for the fight."

Then the Banker endorsed a blank check (which he crossed),
And changed his loose silver for notes.
The Baker with care combed his whiskers and hair,
And shook the dust out of his coats.

The Boots and the Broker were sharpening a spade--
Each working the grindstone in turn:
But the Beaver went on making lace, and displayed
No interest in the concern:

Though the Barrister tried to appeal to its pride,
And vainly proceeded to cite
A number of cases, in which making laces
Had been proved an infringement of right.

The maker of Bonnets ferociously planned
A novel arrangement of bows:
While the Billiard-marker with quivering hand
Was chalking the tip of his nose.

But the Butcher turned nervous, and dressed himself fine,
With yellow kid gloves and a ruff--
Said he felt it exactly like going to dine,
Which the Bellman declared was all "stuff."

"Introduce me, now there's a good fellow," he said,
"If we happen to meet it together!"
And the Bellman, sagaciously nodding his head,
Said "That must depend on the weather."

The Beaver went simply galumphing about,
At seeing the Butcher so shy:
And even the Baker, though stupid and stout,
Made an effort to wink with one eye.

"Be a man!" said the Bellman in wrath, as he heard
The Butcher beginning to sob.
"Should we meet with a Jubjub, that desperate bird,
We shall need all our strength for the job!"


La caza del Snark

Canto cuarto
4.La caza

El capitán frunció el ceño y arqueó una ceja.
“¡Ya podías haber hablado antes!
¡Es excesivamente torpe mencionarlo ahora que,
por así decirlo, tenemos al snark al alcance de la mano!

“Nos entristeceríamos mucho, como puedes figurarte,
si nunca más se te volviera a encontrar.
Pero, sin duda, amigo, podrías haberlo mencionado
cuando empezó la expedición.

“Es excesivamente torpe mencionarlo ahora,
como creo haberte dicho ya.”
Y el hombre a quien llamaba ¡Eh! Replicó suspirando:
“Le informé el mismo día en que embarqué.

“Podéis acusarme de asesinato o de falta de buen sentido;
todos somos débiles en ocasiones.
Pero entre mis defectos
jamás estuvo dar falsas excusas.

“Lo dije en hebreo, luego en holandés,
después en alemán y en griego también;
pero olvidé completamente, y eso me mortifica,
¡que es inglés lo que habla usted!”

“Es una historia muy triste”, dijo el capitán,
con una cara larguísima,
“pero ahora que has terminado de contar tu caso
sería simplemente absurdo alargar el debate.

“El resto de mi discurso —les explicó—,
lo oiréis cuando tenga tiempo para contároslo.
Pero el snark está cerca, permitidme que os lo repita,
¡y es vuestra gloriosa obligación encontrarlo!”

“Buscadlo con dedales; buscadlo con cuidado;
acosadlo con tenedores y esperanza;
amenazadlo con una acción de los ferrocarriles;
cautivadlo con sonrisas y jabón.

“Ya que el snark es una criatura muy peculiar,
que no se deja atrapar de cualquier manera,
haced todo cuanto sepáis, e intentad todo cuanto no sepáis.
¡Hoy no debemos desperdiciar ninguna oportunidad!”

“Pues Inglaterra espera… ¡Me abstengo de seguir!
Esta es una frase tremenda, pero trasnochada.
Así que lo mejor será que saquen de sus equipajes
cuanto necesiten y se pertrechen para la lucha.”

Entonces el banquero endosó un cheque en blanco y lo barró,
y cambió su calderilla en billetes.
El panadero peinó con esmero sus bigotes y su pelo,
y se sacudió el polvo de los siete abrigos.

El limpiabotas y el tasador afilaban el azadón,
turnándose en la rueda de afilar.
Sin embargo, el castor siguió haciendo encaje
y no demostró interés por el asunto,

a pesar de que el abogado intentó apelar a su orgullo,
y en vano le fue citando
varios casos que demostraban
que hacer encaje infringía la ley.

El que hacía sombreros, hecho una fiera, pensaba
cómo colocar lacitos de una manera nueva,
mientras que el empleado de los billares, con mano
temblorosa se pintaba con tiza la punta de la nariz.

El carnicero se pudo nervioso y se vistió, con mucha
elegancia, guantes de cabritilla y una gorguera bien rizada.
Dijo que se sentía como quien va a cenar fuera,
a lo que el capitán respondió que era una bobada.

“Presentádmelo”, dijo,
“si por casualidad lo encontramos juntos.”
Y el capitán, asintiendo sagazmente con la cabeza,
dijo: “Eso depende del tiempo que haga.”

El castor simplemente siguió desfilando con aire triunfal
al ver al carnicero tan tímido;
e incluso el panadero, aunque era estúpido y gordo,
se esforzó en guiñar un ojo.

“¡Sé un hombre!”, bramó iracundo el capitán
al ver que el carnicero comenzaba a gimotear.
“Si encontramos un chabchab, ese desesperante pájaro,
¡necesitaremos de todas nuestras fuerzas para la tarea!”

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Lewis Carroll -The hunting of the Snark- Fit the Fifth. The beaver's lesson-
The hunting of the Snark
Lewis Carroll (1832-1898)

Fit the Fifth
5.The beaver's lesson


They sought it with thimbles, they sought it with care;
They pursued it with forks and hope;
They threatened its life with a railway-share;
They charmed it with smiles and soap.

Then the Butcher contrived an ingenious plan
For making a separate sally;
And fixed on a spot unfrequented by man,
A dismal and desolate valley.

But the very same plan to the Beaver occurred:
It had chosen the very same place:
Yet neither betrayed, by a sign or a word,
The disgust that appeared in his face.

Each thought he was thinking of nothing but "Snark"
And the glorious work of the day;
And each tried to pretend that he did not remark
That the other was going that way.

But the valley grew narrow and narrower still,
And the evening got darker and colder,
Till (merely from nervousness, not from goodwill)
They marched along shoulder to shoulder.

Then a scream, shrill and high, rent the shuddering sky,
And they knew that some danger was near:
The Beaver turned pale to the tip of its tail,
And even the Butcher felt queer.

He thought of his childhood, left far far behind--
That blissful and innocent state--
The sound so exactly recalled to his mind
A pencil that squeaks on a slate!

"'Tis the voice of the Jubjub!" he suddenly cried.
(This man, that they used to call "Dunce.")
"As the Bellman would tell you," he added with pride,
"I have uttered that sentiment once.

"'Tis the note of the Jubjub! Keep count, I entreat;
You will find I have told it you twice.
'Tis the song of the Jubjub! The proof is complete,
If only I've stated it thrice."

The Beaver had counted with scrupulous care,
Attending to every word:
But it fairly lost heart, and outgrabe in despair,
When the third repetition occurred.

It felt that, in spite of all possible pains,
It had somehow contrived to lose count,
And the only thing now was to rack its poor brains
By reckoning up the amount.

"Two added to one--if that could but be done,"
It said, "with one's fingers and thumbs!"
Recollecting with tears how, in earlier years,
It had taken no pains with its sums.

"The thing can be done," said the Butcher, "I think.
The thing must be done, I am sure.
The thing shall be done! Bring me paper and ink,
The best there is time to procure."

The Beaver brought paper,portfolio, pens,
And ink in unfailing supplies:
While strange creepy creatures came out of their dens,
And watched them with wondering eyes.

So engrossed was the Butcher, he heeded them not,
As he wrote with a pen in each hand,
And explained all the while in a popular style
Which the Beaver could well understand.

"Taking Three as the subject to reason about--
A convenient number to state--
We add Seven, and Ten, and then multiply out
By One Thousand diminished by Eight.

"The result we proceed to divide, as you see,
By Nine Hundred and Ninety Two:
Then subtract Seventeen, and the answer must be
Exactly and perfectly true.

"The method employed I would gladly explain,
While I have it so clear in my head,
If I had but the time and you had but the brain--
But much yet remains to be said.

"In one moment I've seen what has hitherto been
Enveloped in absolute mystery,
And without extra charge I will give you at large
A Lesson in Natural History."

In his genial way he proceeded to say
(Forgetting all laws of propriety,
And that giving instruction, without introduction,
Would have caused quite a thrill in Society),

"As to temper the Jubjub's a desperate bird,
Since it lives in perpetual passion:
Its taste in costume is entirely absurd--
It is ages ahead of the fashion:

"But it knows any friend it has met once before:
It never will look at a bride:
And in charity-meetings it stands at the door,
And collects--though it does not subscribe.

" Its flavor when cooked is more exquisite far
Than mutton, or oysters, or eggs:
(Some think it keeps best in an ivory jar,
And some, in mahogany kegs:)

"You boil it in sawdust: you salt it in glue:
You condense it with locusts and tape:
Still keeping one principal object in view--
To preserve its symmetrical shape."

The Butcher would gladly have talked till next day,
But he felt that the lesson must end,
And he wept with delight in attempting to say
He considered the Beaver his friend.

While the Beaver confessed, with affectionate looks
More eloquent even than tears,
It had learned in ten minutes far more than all books
Would have taught it in seventy years.

They returned hand-in-hand, and the Bellman, unmanned
(For a moment) with noble emotion,
Said "This amply repays all the wearisome days
We have spent on the billowy ocean!"

Such friends, as the Beaver and Butcher became,
Have seldom if ever been known;
In winter or summer, 'twas always the same--
You could never meet either alone.

And when quarrels arose--as one frequently finds
Quarrels will, spite of every endeavor--
The song of the Jubjub recurred to their minds,
And cemented their friendship for ever!


La caza del Snark

Canto quinto
5.La lección del castor

Lo buscaron con dedales, lo buscaron con cuidado.
Lo persiguieron con tenedores y con esperanza.
Lo amenazaron con una acción de los ferrocarriles.
Lo cautivaron con sonrisas y jabón.

Entonces al carnicero se le ocurrió un ingenioso plan
para hacer una incursión por su cuenta;
y eligió un lugar poco frecuentado por el hombre:
un lúgubre y desolado valle.

Pero al castor se le había ocurrido el mismísimo plan
y había escogido el mismísimo lugar.
Sin embargo, ninguno reveló, con gestos o con palabras,
el disgusto que reflejaban sus caras.

Ambos tenían una única idea: el snark
y la gloriosa tarea del día;
y cada uno intentó aparentar que no se daba cuenta
de que el otro iba por el mismo camino.

El valle comenzaba a estrecharse, y aún se estrechó más,
y el atardecer se hizo más frío y oscuro,
hasta que, debido a los nervios, no a su buena voluntad,
terminaron por avanzar hombro con hombro.

Entonces, un alarido profundo y penetrante desgarró el
estremecido cielo, y ellos supieron que algún peligro les
acechaba. El castor palideció hasta la punta de su cola,
ý hasta el carnicero sintió una extraña desazón.

Pensó en su infancia, dejada atrás ya hacía mucho,
esa etapa inocente y feliz.
El sonido le recordó vivamente
el rechinar de un lápiz sobre la pizarra.

“Es la voz del chabchab”, gritó de repente
el hombre a quien solían llamar zopenco.
Y añadió con orgullo: “Como os diría el capitán,
ya expresé mi opinión una vez.

“¡Es el canto del chabchab! Id contando, os lo suplico,
y veréis que os o he dicho dos veces.
“¡Es la canción del chabchab! La prueba es total,
pues con ésta os lo he dicho tres veces.”

El castor había contado con escrupuloso cuidado,
escuchando cada palabra;
pero claramente se descorazonó y silbinchó [silbar+deshincharse]
desesperado al oír la tercera repetición.

A pesar de los esfuerzos que aplicó al empeño,
se dio cuenta de que había perdido al cuenta;
y ahora lo único que podía hacer era exprimir sus pocos sesos
y empezar a contar otra vez.

“Sumaré dos más uno, si es que sé hacerlo
con los dedos y los pulgares”, se dijo,
recordando con lágrimas en los ojos cómo
años atrás había descuidado la aritmética.

“Eso puede hacerse”, dijo el carnicero.
“Creo que ha de hacerse, estoy seguro.
¡Se hará!
Tráeme la mejor tinta y papel que encuentres.”

El castor trajo papel, carpeta, plumas
y tinta, para que no faltara de nada.
Y mientras calculaban, extrañas criatura reptantes
salían de sus madrigueras y les miraban con ojos de sorpresa.

El carnicero estaba tan absorto escribiendo, con una pluma
en cada mano, que ni reparó en ellas,
y se explicaba en un estilo tan sencillo
que el castor comprendía muy bien.

“Tomaremos el tres como objeto de nuestro razonamiento;
me parece un número muy conveniente.
Tras sumarle siete y diez,
lo multiplicaremos por mil menos ocho.

“Dividiremos, como verás, el producto
por novecientos noventa y dos.
Luego le restaremos diecisiete, y la respuesta
debe ser exacta y perfectamente verdadera.

“Te explicaría encantado el método empleado,
ahora que aún me acuerdo muy bien:
pero ni tengo tiempo, ni tu tienes cerebro.
¡Y habría tanto que explicar!

“En un momento he desvelado lo que
hasta ahora estaba envuelto en el misterio,
y por el mismo precio te daré
una lección de historia natural.”

Y siguió el carnicero con brillantez diciendo así,
sin tener en cuenta las normas de urbanidad,
pues olvidó que instruir sin haber sido presentados
causaría un escalofrío en sociedad:

“El chabchab es un pájaro de temperamento desesperante,
ya que vive en perpetua pasión.
Sus gustos en el vestir son un completo absurdo;
¡va siglos por delante de la moda!

“Pero reconoce a cualquier amigo a quien haya visto
anteriormente alguna vez. Nunca se dejaría sobornar.
Y en los tés de caridad siempre se pone en la puerta
a recoger los donativos, aunque no aporta nada de su bolsillo.

“Una vez guisado, su sabor es mucho más exquisito
que el del cordero, las ostras o los huevos;
algunos creen que se conserva mejor en un jarro
de marfil, y otros, que en barrilillos de caoba.

“Se cuece en serrín, se sazona en pegamento y
se espesa con saltamontes y cintas,
sin olvidar nunca lo principal,
que es preservar su forma simétrica.”

El carnicero hubiera seguido encantado hablando hasta
el día siguiente, pero creyó que la lección debía terminar.
Y lloró de alegría al intentar decir
que consideraba al castor su amigo.

El castor, a su vez, confesó, con una afectuosa mirad,
más elocuente que las lágrimas,
que había aprendido en diez minutos más que lo que todos
los libros le harían enseñado en setenta años.

Regresaron de la mano, y el capitán,
momentáneamente desarmado por la noble emoción,
dijo: “¡Esto compensa ampliamente los fatigosos
días pasados sobre el ondulado océano!”

Amigos como lo llegaron a ser el castor y el carnicero,
casi nunca se han conocido.
Y fuese invierno o verano,
jamás se veía a uno sin el otro.

Y cuando llegaban las riñas —pues siempre
hay enfados por mucho que se intente evitarlos—,
evocaban el canto del chabchab
y se juraban eterna amistad.

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Lewis Carroll -The hunting of the Snark- Fit the Sixth. The barrister's dream-
The hunting of the Snark
Lewis Carroll (1832-1898)

Fit the Sixth
6.The barrister's dream

They sought it with thimbles, they sought it with care;
They pursued it with forks and hope;
They threatened its life with a railway-share;
They charmed it with smiles and soap.

But the Barrister, weary of proving in vain
That the Beaver's lace-making was wrong,
Fell asleep, and in dreams saw the creature quite plain
That his fancy had dwelt on so long.

He dreamed that he stood in a shadowy Court,
Where the Snark, with a glass in its eye,
Dressed in gown, bands, and wig, was defending a pig
On the charge of deserting its sty.

The Witnesses proved, without error or flaw,
That the sty was deserted when found:
And the Judge kept explaining the state of the law
In a soft under-current of sound.

The indictment had never been clearly expressed,
And it seemed that the Snark had begun,
And had spoken three hours, before any one guessed
What the pig was supposed to have done.

The Jury had each formed a different view
(Long before the indictment was read),
And they all spoke at once, so that none of them knew
One word that the others had said.

"You must know ---" said the Judge: but the Snark exclaimed "Fudge!"
That statute is obsolete quite!
Let me tell you, my friends, the whole question depends
On an ancient manorial right.

"In the matter of Treason the pig would appear
To have aided, but scarcely abetted:
While the charge of Insolvency fails, it is clear,
If you grant the plea 'never indebted.'

"The fact of Desertion I will not dispute;
But its guilt, as I trust, is removed
(So far as related to the costs of this suit)
By the Alibi which has been proved.

"My poor client's fate now depends on you votes."
Here the speaker sat down in his place,
And directed the Judge to refer to his notes
And briefly to sum up the case.

But the Judge said he never had summed up before;
So the Snark undertook it instead,
And summed it so well that it came to far more
Than the Witnesses ever had said!

When the verdict was called for, the Jury declined,
As the word was so puzzling to spell;
But they ventured to hope that the Snark wouldn't mind
Undertaking that duty as well.

So the Snark found the verdict, although, as it owned,
It was spent with the toils of the day:
When it said the word "GUILTY!" the Jury all groaned,
And some of them fainted away.

Then the Snark pronounced sentence, the Judge being quite
Too nervous to utter a word:
When it rose to its feet, there was silence like night,
And the fall of a pin might be heard.

"Transportation for lift" was the sentence it gave,
"And *then* to be fined forty pound."
The Jury all cheered, though the Judge said he feared
That the phrase was not legally sound.

But their wild exultation was suddenly checked
When the jailer informed them, with tears,
Such a sentence would have not the slightest effect,
As the pig had been dead for some years.

The Judge left the Court, looking deeply disgusted:
But the Snark, though a little aghast,
As the lawyer to whom the defense was entrusted,
Went bellowing on to the last.

Thus the Barrister dreamed, while the bellowing seemed
To grow every moment more clear:
Till he woke to the knell of a furious bell,
Which the Bellman rang close at his ear.


La caza del Snark

Canto sexto
6.El sueño del abogado

Lo buscaron con dedales, lo buscaron con cuidado.
Lo persiguieron con tenedores y con esperanza.
Lo amenazaron con una acción de los ferrocarriles.
Lo cautivaron con sonrisas y jabón.

Pero el abogado, harto de demostrar —sin que nadie le
hiciera caso— que el castor delinquía con sus labores de
encaje, se durmió. Y en sueños vio claramente la criatura
que en su fantasía hacía tanto tiempo que habitaba.

Soñó que estaba en un sombrío tribunal
donde el snark, con un monóculo, toga y peluca,
defendía a un pobre cerdo
acusado de abandonar su pocilga.

Los testigos demostraron, sin duda ni error,
que la pocilga estaba vacía;
mientras el juez, con tenue cantinela,
explicaba lo que la ley decía al respecto.

La acusación no llegó a formularse claramente.
Según parece, el snark había hablado
durante tres horas antes de que nadie pudiera imaginar
qué es lo que presuntamente había hecho el cerdo.

Cada uno de los miembros del jurado había llegado
a una conclusión diferente (mucho antes de que se leyera
la acusación); y rompieron a hablar todos a la vez. Al final,
ninguno de ellos supo qué habían dicho los demás.

“Deben saber…”, decía el juez. “¡Bobadas!”,
exclamó el snark: “Esa ley es obsoleta.
Déjenme que les diga, amigos, que este asunto
depende de una antigua ley feudal.

“En cuanto a la traición, el cerdo aparece
implicado, pero apenas fue cómplice.
Y la acusación de insolvencia claramente no prospera.
Si ustedes aceptan mi defensa, no debe nada.

“El hecho de la deserción no lo discutiré;
pero confío en que no le tendrán por culpable,
en lo relativo a las costas del pleito,
pues se ha probado su coartada.

“El destino de mi pobre defendido depende de sus votos”.
En este momento el orador se sentó en su sitio,
y pidió al juez que mirase sus notas
y resumiera brevemente el caso.

Pero el juez le confesó que nunca había resumido nada,
por lo que el snark comenzó a resumir;
y resumió tan bien que dijo mucho más
de lo que habían dicho los testigos.

A la hora del veredicto, el jurado se inhibió
por ser éste de difícil pronunciación;
pero expresaron su esperanza de que al snark no le
importase cumplir esa tarea también.

Así que el snark también dictó el veredicto,
a pesar de que tantas obligaciones le tenían exhausto.
Cuando pronunció la palabra ¡CULPABLE!,
todo el jurado gruñó y hasta hubo quien se desvaneció.

Luego el snark dictó sentencia, ya que el juez
estaba demasiado nervioso para pronunciar palabra.
Cuando se puso en pie se hizo un gran silencio;
¡se habría oído caer un alfiler!

“Destierro de por vida”, fue la sentencia que dictó,
“y que después pague una multa de cuarenta libras”.
Todo el jurado aplaudió, aunque el juez declaró
temer que la frase no fuese legalmente ortodoxa.

Pero su regocijo se apagó súbitamente
cuando el carcelero les comunicó, con lágrimas en los ojos,
que la sentencia no tendría el menor efecto
ya que el cerdo llevaba muerto varios años.

El juez abandonó la sala profundamente disgustado.
Pero el snark, aunque algo consternado,
continuó bramando hasta el final, como corresponde al
abogado a quien se ha encomendado la defensa.

Así soñaba el abogado, mientras el bramido
parecía hacerse cada vez más claro,
hasta que le despertó el furioso repique de una campana
que el capitán tocaba junto a su oreja.

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Lewis Carroll -The hunting of the Snark- Fit the Seventh. The banker's fate-
The hunting of the Snark
Lewis Carroll (1832-1898)

Fit the Seventh
7.The banker's fate

They sought it with thimbles, they sought it with care;
They pursued it with forks and hope;
They threatened its life with a railway-share;
They charmed it with smiles and soap.

And the Banker, inspired with a courage so new
It was matter for general remark,
Rushed madly ahead and was lost to their view
In his zeal to discover the Snark

But while he was seeking with thimbles and care,
A Bandersnatch swiftly drew nigh
And grabbed at the Banker, who shrieked in despair,
For he knew it was useless to fly.

He offered large discount--he offered a check
(Drawn "to bearer") for seven-pounds-ten:
But the Bandersnatch merely extended its neck
And grabbed at the Banker again.

Without rest or pause--while those frumious jaws
Went savagely snapping around-
He skipped and he hopped, and he floundered and flopped,
Till fainting he fell to the ground.

The Bandersnatch fled as the others appeared
Led on by that fear-stricken yell:
And the Bellman remarked "It is just as I feared!"
And solemnly tolled on his bell.

He was black in the face, and they scarcely could trace
The least likeness to what he had been:
While so great was his fright that his waistcoat turned white-
A wonderful thing to be seen!

To the horror of all who were present that day.
He uprose in full evening dress,
And with senseless grimaces endeavored to say
What his tongue could no longer express.

Down he sank in a chair--ran his hands through his hair--
And chanted in mimsiest tones
Words whose utter inanity proved his insanity,
While he rattled a couple of bones.

"Leave him here to his fate--it is getting so late!"
The Bellman exclaimed in a fright.
"We have lost half the day. Any further delay,
And we sha'nt catch a Snark before night!"


Canto séptimo
7. El destino del banquero

Lo buscaron con dedales, lo buscaron con cuidado.
Lo persiguieron con tenedores y con esperana.
Lo amenarazon con una acción de los ferrocarriles.
Lo cautivaron con sonrisas y jabón.

Y el banquero, infundido de un valor tan insólito
que fue motivo de general comentario,
avanzó locamente hacia adelante, hasta que lo perdieron de
vista en su afán por descubrir al snark.

Pero mientras buscava con dedales y cuidado,
un veloz bandersnatch se acercó de repente
y agarró al banquero, quien chilló desesperado,
pues sabía que era inútil intentar escapar.

Le ofreció un gran descuento, le ofreció un cheque
—al portador— de siete libras y diez chelines.
Pero el bandesrnatch simplemente alargó
el cuello y agarró nuevamente al banquero.

Sin pausa ni descanso forcejeó y pugnó,
dando saltos y brincos hasta caer al suelo sin sentido,
mientras las malhuriosas [malhumoradas+furiosas] mandíbulas
crujían salvajemente a su alrededor.

El bandersnatch huyó al aparecer los demás,
guiados por el grito de terror.
Y el capitán, tocando la campana con gesto solemne,
masculló: “¡lo que me temía!”

Tenía la cara negra y en nada recordaba
al que que hasta estonces había sido.
Era tal su terror que hasta su chaleco había palidecido.
¡Algo digno de verse!

Para espanto de todos cuantos allí había aquel día,
se levantó vestido de etiqueta
y mediante absurdas muecas se esforzó por decir todo
cuanto su lengua no podía expresar.

Se hundió en un sillón y se mesó los cabellos,
mientras cantaba con tono misrívolo [miserable+frívolo]
palabras vacías que evidenciaban su locura,
y a la vez se acompañaba golpeando un par de huesos.

“¡Abandonadle a su suerte!; ¡se está haciendo tarde!”,
excalamó horrorizado el capitán.
“Ya hemos perdido medio día! ¡Si ahora nos descuidamos,
no atrapremos al snark antes de que anochezca!”

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Lewis Carroll -The hunting of the Snark- Fit the Eighth. The vanishing-
The hunting of the Snark
Lewis Carroll (1832-1898)

Fit the Eighth
8.The vanishing

They sought it with thimbles, they sought it with care;
They pursued it with forks and hope;
They threatened its life with a railway-share;
They charmed it with smiles and soap.

They shuddered to think that the chase might fail,
And the Beaver, excited at last,
Went bounding along on the tip of its tail,
For the daylight was nearly past.

"There is Thingumbob shouting!" the Bellman said,
"He is shouting like mad, only hark!
He is waving his hands, he is wagging his head,
He has certainly found a Snark!"

They gazed in delight, while the Butcher exclaimed
"He was always a desperate wag!"
They beheld him--their Baker--their hero unnamed--
On the top of a neighboring crag.

Erect and sublime, for one moment of time.
In the next, that wild figure they saw
(As if stung by a spasm) plunge into a chasm,
While they waited and listened in awe.

"It's a Snark!" was the sound that first came to their ears,
And seemed almost too good to be true.
Then followed a torrent of laughter and cheers:
Then the ominous words "It's a Boo-"

Then, silence. Some fancied they heard in the air
A weary and wandering sigh
Then sounded like "-jum!" but the others declare
It was only a breeze that went by.

They hunted till darkness came on, but they found
Not a button, or feather, or mark,
By which they could tell that they stood on the ground
Where the Baker had met with the Snark.

In the midst of the word he was trying to say,
In the midst of his laughter and glee,
He had softly and suddenly vanished away---
For the Snark *was* a Boojum, you see.


La caza del Snark

Canto octavo
8.La desaparición

Lo buscaron con dedales, lo buscaron con cuidado.
Lo persiguieron con tenedores y con esperanza.
Lo amenazaron con una acción de los ferrocarriles.
Lo cautivaron con sonrisas y jabón.

No querían ni pensar que la caza pudiese fracasar,
y el castor, emocionado al fin,
daba saltos impulsándose con la punta de su cola,
viendo cómo la luz dejaba paso a la oscuridad.

“¡Oíd —dijo el capitán… cómo grita el como-se-llame!
¡Grita como un loco!, ¡escuchad!
¡Hace gestos con las manos y con la cabeza!
¡Eso es que ha encontrado un snark!”

Le miraban extasiados y el carnicero decía:
“¡Siempre fue un gran bromista!”.
Y le contemplaban, su panadero, su héroe sin nombre,
encaramado en lo alto de un picacho cercano.

Así estuvo un momento erguido y sublime.
Pero de pronto vieron cómo caía al precipicio,
enloquecido y presa de convulsiones.
Aterrados y anhelantes esperaron…

“Es un snark”, fue el grito que llegó a sus oídos,
y les pareció demasiado hermoso para ser verdad.
Después siguió un torrente de risas y de “¡hurras!”
Y después…: “¡Es un bu…!”, le escucharon decir.

Luego, silencio. Algunos creyeron haber oído
un débil y errante suspiro;
algo así como “…cham”. Pero los demás juraron
que había sido el silbido de la brisa.

Buscaron hasta que se hizo noche cerrada,
pero no encontraron ni pluma, ni rastro, ni botón,
que les indicase que estaban en el lugar
donde el panadero había hallado al snark.

A mitad de la palabra que intentaba decir,
en medio de la brisa y del gozo,
súbita y suavemente había desaparecido:
el snark era un búcham, como bien suponéis.

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Anne Carson -God's handiwork-
Thursday, March 23, 2006
God's handiwork
Anne Carson (Canadá, 1950- )

The best way to insult God
is to damage your uniqueness,
which God has worked on.


El trabajo manual de Dios

Para insultar a Dios la mejor manera
es dañar tu unicidad,
esa en la que Dios trabajase.

Versión de José Luis Justes Amador

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Anne Carson -Outwardly his life ran smoothly-
Outwardly his life ran smoothly
Anne Carson (Canadá, 1950- )

Comparative figures: 1784 Kant owned 55 books, Goethe 2300, Herder 7700.
Windows: Kant had one bedroom window, which he kept shut at all times, to forestall insects. The windows of his study faced the garden, on the the other side of which was the city jail. In summer loud choral singing of the inmates wafted in. asked that the singing be done sotto voce and with windows closed. Kant had friends at city hall and got his wish.
Tolstoy: Tolstoy thought that if Kant had not smoked so much tobacco The Critique of Pure Reason would have been written in language you could under-stand (in fact he smoked one pipe at 5 AM).
Numbering: Kant never ate dinner alone, it exhausts the spirit. Dinner guests, in the opinion of the day, should not number more than the Muses nor less than the Graces. Kant set six places.
Sensualism: Kant's favourite dinner was codfish.
Rule Your Nature: Kant breathed only through his nose.


Por fuera su vida era buena

Números comparativos: 1874, Kant tenía 55 libros, Goethe 2300, Herder 7700.
Ventanas: Kant tenía una ventana en el dormitorio que, para manetner alejados a los insectos, siempre estaba cerrada. Las ventanas de su estudio daban al jardín en cuyo extremo estaba la cárcel de la ciudad. En verano, las canciones del coro de los reclusos entraban. Pidio que el canto fuera sotto voce y con las ventanas cerradas.Kant tenía amigos en el ayuntamiento y se le cumplió el deseo.
Tolstoi: Tolstoi pensaba que si Kant no hubiese fumado tanto la Crítica de la Razón Pura se hubiera escrito en un idioma que se pudiera entender (de hecho, fuamaba una sola pipa a las cinco de la mañana).
Números: Kant nunca cenaba solo. Era malo para el espíritu. Según la moda de la época, los invitados no debían ser más que las Musas ni menos que las Gracias. Kante tenía seis lugares.
Sensualismo: la cena preferrida de Kant era el bacalao.
Regular tu naturaleza: Kant respiraba sólo por la nariz.
Versión de José Luis Justes Amador

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posted by Alfil @ 2:33 PM   0 comments
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