Lewis Carroll -The hunting of the Snark- Fit the Eighth. The vanishing- |
Sunday, March 26, 2006 |
The hunting of the Snark Lewis Carroll (1832-1898)
Fit the Eighth 8.The vanishing
They sought it with thimbles, they sought it with care; They pursued it with forks and hope; They threatened its life with a railway-share; They charmed it with smiles and soap.
They shuddered to think that the chase might fail, And the Beaver, excited at last, Went bounding along on the tip of its tail, For the daylight was nearly past.
"There is Thingumbob shouting!" the Bellman said, "He is shouting like mad, only hark! He is waving his hands, he is wagging his head, He has certainly found a Snark!"
They gazed in delight, while the Butcher exclaimed "He was always a desperate wag!" They beheld him--their Baker--their hero unnamed-- On the top of a neighboring crag.
Erect and sublime, for one moment of time. In the next, that wild figure they saw (As if stung by a spasm) plunge into a chasm, While they waited and listened in awe.
"It's a Snark!" was the sound that first came to their ears, And seemed almost too good to be true. Then followed a torrent of laughter and cheers: Then the ominous words "It's a Boo-"
Then, silence. Some fancied they heard in the air A weary and wandering sigh Then sounded like "-jum!" but the others declare It was only a breeze that went by.
They hunted till darkness came on, but they found Not a button, or feather, or mark, By which they could tell that they stood on the ground Where the Baker had met with the Snark.
In the midst of the word he was trying to say, In the midst of his laughter and glee, He had softly and suddenly vanished away--- For the Snark *was* a Boojum, you see.
La caza del Snark
Canto octavo 8.La desaparición
Lo buscaron con dedales, lo buscaron con cuidado. Lo persiguieron con tenedores y con esperanza. Lo amenazaron con una acción de los ferrocarriles. Lo cautivaron con sonrisas y jabón.
No querían ni pensar que la caza pudiese fracasar, y el castor, emocionado al fin, daba saltos impulsándose con la punta de su cola, viendo cómo la luz dejaba paso a la oscuridad.
“¡Oíd —dijo el capitán… cómo grita el como-se-llame! ¡Grita como un loco!, ¡escuchad! ¡Hace gestos con las manos y con la cabeza! ¡Eso es que ha encontrado un snark!”
Le miraban extasiados y el carnicero decía: “¡Siempre fue un gran bromista!”. Y le contemplaban, su panadero, su héroe sin nombre, encaramado en lo alto de un picacho cercano.
Así estuvo un momento erguido y sublime. Pero de pronto vieron cómo caía al precipicio, enloquecido y presa de convulsiones. Aterrados y anhelantes esperaron…
“Es un snark”, fue el grito que llegó a sus oídos, y les pareció demasiado hermoso para ser verdad. Después siguió un torrente de risas y de “¡hurras!” Y después…: “¡Es un bu…!”, le escucharon decir.
Luego, silencio. Algunos creyeron haber oído un débil y errante suspiro; algo así como “…cham”. Pero los demás juraron que había sido el silbido de la brisa.
Buscaron hasta que se hizo noche cerrada, pero no encontraron ni pluma, ni rastro, ni botón, que les indicase que estaban en el lugar donde el panadero había hallado al snark.
A mitad de la palabra que intentaba decir, en medio de la brisa y del gozo, súbita y suavemente había desaparecido: el snark era un búcham, como bien suponéis.Labels: Lewis Carroll |
posted by Alfil @ 4:50 PM |
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