James Joyce -Gas from a burner- |
Sunday, July 03, 2005 |
Gas from a burner James Joyce (1882-1941)
Ladies and gents, you are here assembled To hear why earth and heaven trembled Because of the black and sinister arts Of an Irish writer in foreign parts. He sent me a book ten years ago. I read it a hundred times or so, Backwards and forwards, down and up, Through both ends of a telescope. I printed it all to the very last word But by the mercy of the Lord The darkness of my mind was rent And I saw the writer's foul intent. But I owe a duty to Ireland: I hold her honour in my hand, This lovely land that always sent Her writers and artists to banishment And in a spirit of Irish fun Betrayed her own leaders, one by one. 'Twas Irish humour, wet and dry, Flung quicklime into Parnell's eye; 'Tis Irish brains that save from doom The leaky barge of the Bishop of Rome For everyone knows the Pope can't belch Without the consent of Billy Walsh. O Ireland my first and only love Where Christ and Caesar are hand and glove! O lovely land where the shamrock grows! (Allow me, ladies, to blow my nose) To show you for strictures I don't care a button I printed the poems of Mountainy Mutton And a play he wrote (you've read it I'm sure) Where they talk of «bastard», «bugger» and «whore» And a play on the Word and Holy Paul And some woman's legs that I can't recall Written by Moore, a genuine gent That lives on his property's ten per cent: I printed mystical books in dozens: I printed the table-book of Cousins Though (asking your pardon) as for the verse "Twould give you a heartburn on your arse: I printed folklore from North and South By Gregory of the Golden Mouth: I printed poets, sad, silly and solemn: I printed Patrick What-do-you-Colm: I printed the great John Milicent Synge Who soars above on an angel's wing In the playboy shift that he pinched as swag From Maunsel's manager's travelling-bag. But I draw the line at that bloody fellow. That was over here dressed in Austrian yellow. Spouting Italian by the hour To O'leary Curtis and John Wyse Power And writing of Dublin, dirty and dear. In a manner no blackamoor printer could bear. Shite and onions! Do you think I'll print The name of the Wellington Monument, Sydney Parade and Sandymount tram, Downes's cakeshop and Williams's jam? I'm damned if I do-l'm damned to blazes! Talk about Irish Names of Places! It's a wonder to me, upon my soul, He forgot to mention Curly's Hole. No, ladies, my press shall have no share in So gross a libel on Stepmother Erin. I pity the poor-that's why I took A red-headed Scotchman to keep my book. Poor sister Scotland! Her doom is fell; She cannot find any more Stuarts to sell. My conscience is fine as Chinese silk: My heart is as soft as buttermilk. Colm can tell you I made a rebate Of one hundred pounds on the estimate I gave him for his Irish Review. I love my country-by herrings I do! I wish you could see what tears I weep When I think of the emigrant train and ship That's why I publish far and wide My quite illegible railway guide. In the porch of my printing institute The poor and deserving prostitute Plays every night at catch-as-catch-can With her tight-breeched British artilleryman And the foreigner learns the gift of the gab From the drunken draggletail Dublin drab. Who was it said: Resist not evil? I'll burn that book, so help me devil. I'll sing a psalm as I watch it burn And the ashes I'll keep in a one-handled burn. I'll penance do with farts and groans Kneeling upon my marrowbones. This very next lent I will unbare My penitent buttocks to the air And sobbing beside my printing press My awful sin I will confess. My Irish foreman from Bannockburn Shall dip his right hand in the urn And sign crisscross with reverent thumb Memento homo upon my bum.
Gas de un mechero
Damas y caballeros, estáis aquí reunidos para oír por qué cielo y tierra se conmovieron por culpa de las siniestras, negras artes de un escritor irlandés en el extranjero. Hace diez años que su libro me envió. Más o menos lo leí unas cien veces, de delante hacia atrás, de abajo a arriba, a través de los dos extremos del telescopio. Completo lo imprimí, hasta la mismísima última palabra. pero gracias a la merced del Señor, las tinieblas de mi mente se rasgaron, y vi el intento repugnante del autor. Pues un deber tengo hacia Irlanda: su honor con mi mano guardo. esta hermosa tierra que siempre envió sus escritores y artistas el destierro, y con espíritu típico de chanza irlandesa a sus adalides traicionó uno a uno. Fue el seco, mojado humor de Irlanda el que cal viva arrojó a los ojos de Parnell; son los cerebros irlandeses quienes de su destino salvan el resquebrajedo barco del Obispo de Roma, porque todo el mundo sabe que el Papa no puede eructar sin el consentimiento de Billy Walsh. Oh Irlanda, primera y sola querencia mía, donde Cristo y César mano y guante son. Oh hermosa tierra donde el trébol crece. (Permitidme, señoras, que me suene). No me importa un bledo deciros, para que me censuréis, que publiqué los poemas de Mountainy Mutton, y una comedia que escribió (seguro estoy de que la leísteis) donde se habla de «Bastardo», «fornicador» y «ramera», y otra obra sobre La Palabra y el Santo Pablo y de algunas piernas femeninas que no puedo recordar, todo ello escrito por Moore, caballero genuino, que vive del diez por ciento de su heredad he impreso libros místicos por docenas: el libro de recetas de Coussins, aunque (y os ruego que me perdonéis) sobre el verso diré que envidia daría a vuestros traseros el no haberlos escrito: El folklore del Norte y del Sur por Gregory, La de la Boca Dorada publiqué: tristes, tontos, solemnes poetas imprimí: Patrick, cómo-se-llama-Colm: al ilustre John Milicent Synge, quien el espíritu eleva sobre angélica ala con la muda del trotamundos, quien como hato la robó de la bolsa de viaje de un director de Maunsel. Pero la cruz y raya trazo sobre ese condenado sujeto que por aquí anduvo, vestido de amarillo austriaco, declamando italiano que O'Leary Curtis y John Wyse Power pagaban por horas, quien escribió sobre Dublín, sucia, amada, de tal forma que ningún impresor, por muy africano, de tan negro que sea, podría tolerarlo. ¡Mierda y cebollas! ¿Pensasteis que imprimiría el nombre del monumento a Wellington, el de Sydney Parade, y el del tranvía de Sandymount, el de la pastelería de Downes, el del jamón de William? ¡Maldito sea si así lo hago! iQue al fuego me condene! ¡Hablar sobre los Irish Names of Places!. Me maravilla pensar, y sobre mi alma lo juro el que el autor olvidara mencionar el Curly's Hole. No, señoras, mi imprenta no tomará parte en un libelo tan basto sobre la Madrastra Erin. Piedad tengo del pobre, por ello tomé a un escocés pelirrojo para que vigile mi libro. iEscocia, pobre hermana! Su destino es derrumbarse; más Estuardos que vender ya no encuentra Delicada es mi conciencia como seda china: mi corazón tan suave como el requesón. Colm puede deciros que hice una rebaja de cien libras sobre el presupuesto que le di para imprimir su Irish Review. Amo a mi pais, ¡por los arenques que lo amo! Quisiera que ver pudierais las lágrimas que sollozo al pensar en el barco, en el tren de los emigrantes. Por tal causa para todo el mundo publico esta guía de ferrocarriles tan ilegible. A la puertas de mi imprenta la pobre, digna prostituta, juega cada noche a la lucha libre con su británico artillero de calzones ajustados, y el extranjero el don de la locuacidad aprende de la borracha, desaliñada, ramera Dublín. ¿Quién fue el que dijo, «No resistid al mal»?. Ese libro quemaré, aunque el diablo me lleve. Cantaré un salmo mientras veo cómo se incendia, y las cenizas guardaré en un ánfora. Penitencia haré con vientos y gemidos, de hinojos, sobre mis canillas. La próxima cuaresma me desnudaré las penitentes nalgas al aire, y gimoteando, junto a la imprenta confesaré mi espantoso pecado. Mi capataz irlandés, de Bannockburn, hundirá la mano derecha en la urna, y firmará con pulgar reverente una equis, Memento homo sobre mi culo.
Versión de José María Martín TrianaLabels: James Joyce |
posted by Alfil @ 7:16 AM |
|
|