Jeffrey McDaniel -The archipielago of kisses- |
Tuesday, March 22, 2005 |
The archipelago of kisses Jeffrey McDaniel (EEUU, 1967- )
We live in a modern society. Husbands and wives don't grow on trees, like in the old days. So where does one find love? When you're sixteen it's easy, like being unleashed with a credit card in a department store of kisses. There's the first kiss. The sloppy kiss. The peck. The sympathy kiss. The backseat smooch. The we shouldn't be doing this kiss. The but your lips taste so good kiss. The bury me in an avalanche of tingles kiss. The I wish you'd quit smoking kiss. The I accept your apology, but you make me really mad sometimes kiss. The I know your tongue like the back of my hand kiss. As you get older, kisses become scarce. You'll be driving home and see a damaged kiss on the side of the road, with its purple thumb out. If you were younger, you'd pull over, slide open the mouth's red door just to see how it fits. Oh where does one find love? If you rub two glances, you get a smile. Rub two smiles, you get a warm feeling. Rub two warm feelings and presto-you have a kiss. Now what? Don't invite the kiss over and answer the door in your underwear. It'll get suspicious and stare at your toes. Don't water the kiss with whisky. It'll turn bright pink and explode into a thousand luscious splinters, but in the morning it'll be ashamed and sneak out of your body without saying good-bye, and you'll remember that kiss forever by all the little cuts it left on the inside of your mouth. You must nurture the kiss. Turn out the lights. Notice how it illuminates the room. Hold it to your chest and wonder if the sand inside hourglasses comes from a special beach. Place it on the tongue's pillow, then look up the first recorded kiss in an encyclopedia: beneath a Babylonian olive tree in 1200 B.C. But one kiss levitates above all the others. The intersection of function and desire. The I do kiss. The I'll love you through a brick wall kiss. Even when I'm dead, I'll swim through the Earth, like a mermaid of the soil, just to be next to your bones.
El archipiélago de besos
Vivimos en una sociedad moderna. Maridos y esposas no crecen de los árboles, como en los viejos tiempos. Así que dónde encuentra uno el amor? Cuando tienes dieciséis es fácil, como estar desatado con una tarjeta de crédito en una tienda departamental de besos. Allí está el primer beso. El beso baboso. El pico. El beso de lástima. El besuqueo en el asiento de atrás. El beso no deberíamos estar haciendo esto. El beso pero tus labios saben tan bien. El beso entiérrame en una avalancha de estremecimientos. El beso desearía que dejaras de fumar. El beso acepto tus disculpas pero me enloqueces a veces. El beso conozco tu lengua como la palma de mi mano. A medida que envejeces, los besos se tornan escasos. Manejarás a casa y verás un beso dañado al costado del camino, con su pulgar púrpura afuera. Si fueras más joven, estacionarías y abrirías la puerta roja de la boca solo para ver si encaja. Oh dónde encuentra uno el amor? Si frotas dos miradas, consigues una sonrisa. Frotas dos sonrisas, consigues un sentimiento cálido. Frotas dos sentimientos cálidos y presto - tienes un beso. Ahora qué? No invites al beso a tu casa y lo atiendas en ropa interior. Se hará sospechoso y te mirará los dedos del pie. No agües el beso con whisky. Se volverá rosa brillante y explotará en mil astillas deliciosas, pero en la mañana estará avergonzado y se escurrirá de tu cuerpo sin decir adiós y recordarás ese beso para siempre por todos los pequeños cortes que dejó en el interior de tu boca. Debes nutrir el beso. Apaga las luces. Nota cómo ilumina el cuarto. Abrázalo contra tu pecho y pregunta si la arena dentro de los relojes de sal viene de una playa especial. Ponlo sobre la almohada de la lengua y entonces busca el primer beso registrado en una enciclopedia: al lado de un olivo Babilónico en el 1200 A.C. Pero un beso levita por sobre todos los otros. La intersección de función y deseo. El beso del sí. El beso te amaré a través de un muro de ladrillos. Aún cuando me muera, nadaré por toda la Tierra, como una sirena del suelo, sólo para estar cerca de tus huesos.
Versión de Romina E. Freschi y Karina A. MaccióLabels: Jeffrey McDaniel |
posted by Alfil @ 7:08 AM |
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