Sharon Olds -The victims- |
Tuesday, December 14, 2004 |
The victims Sharon Olds (1942- )
When Mother divorced you, we were glad. She took it and took it, in silence, all those years and then kicked you out, suddenly, and her kids loved it. Then you were fired, and we grinned inside, the way people grinned when Nixon's helicopter lifted off the South Lawn for the last time. We were tickled to think of your office taken away, your secretaries taken away, your lunches with three double bourbons, your pencils, your reams of paper. Would they take your suits back, too, those dark carcasses hung in your closet, and the black noses of your shoes with the large pores? She had taught us to take it, to hate you and take it until we pricked at your annihilation, Father. Now I pass bums in doorways, the white slugs of their bodies gleaming through slits in their suits of compressed silt, the stained flippers of theur hands, the underwater fire of their eyes, ships gone down with the lanterns lit, and I wonder who took it and took it from then in silence until they had given it all away and had nothing left but this.
Las víctimas
Cuando mamá se divorció de vos, nos alegramos. Se la aguantó y se la aguantó en silencio, durante todos esos años, hasta que al fin te echó sin previo aviso: sus hijos, encantados. Tiempo después te echaron del trabajo: nos alegramos en el fuero interno, como la gente se alegró la última vez que Nixon dejó la Casa Blanca en helicóptero. Nos divertía imaginar que te quitaran tu oficina, tus secretarias, tus almuerzos con tres whiskies dobles, tus lápices, tus resmas de papel. ¿Te harían devolver también tus trajes, esos oscuros armazones colgados del placard, y las punteras negras de tus zapatos con sus grandes poros? Nos había enseñado a aguantárnosla, a odiarte y a aguantárnosla, hasta que la empujamos a aniquilarte, Padre. Ahora, cada vez que paso por al lado de un mendigo en un portal, el cuerpo de babosa brillándole a través de las rendijas de su traje de barro comprimido, las aletas manchadas de sus manos, el fuego submarino de sus ojos, como barcos hundidos con las luces encendidas, me pregunto quiénes habrán sido los que se lo aguantaron en silencio, hasta que dieron todo, y no les quedó nada más que esto.
Versión de Ezequiel ZaidenwergLabels: Sharon Olds |
posted by Alfil @ 7:35 AM |
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