Maya Angelou -Brave and startling truth- |
Tuesday, May 09, 2006 |
Brave and startling truth Maya Angelou (EEUU, 1928- )
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We, this people on a small and lonely planet
Traveling through causal space Past aloof stars, across the way of indifferent suns To a destination where all signs tell us It is possible and imperative that we discover A brave and startling truth And when we come to it To the day of peacemaking When we release our fingers From fists of hostility And alow the pure air to cool our palms
When we come to it When the curtain falls on the minstrel show of hate And faces sooted with scorn are scrubbed clean When battlefields and coliseum No longer rake our unique and particular sons and daughters Up with the bruised and bloody grass To lie in identical plots in foreign lands When the rapacious storming of churches The screaming racket in the temples have ceased When the pennants are waving gaily When the banners of the world tramble Stoutly in the good, clean breeze
When we come to it When we let the rifles fall from our shoulders And children dress their dolls in flags of truce When land mines of death have been removed And the aged may walk into evenings of peace When religious ritual is not perfumed By the incense of burning flesh And childhood dreams are not kicked awake By nightmares of abuse
When we come to it Then we will confess that not the Pyramids With their stones set in mysterious perfection Not the Garden of Babylon Hanging as eternal beauty In our collective memory Not the Grand Canyon Kindled in delicious color By Western sunsets Not the Danube flowing in its blue soul into Europe Not the sacred peak of Mount Fuji Stretching to the rising sun Neither Father Amazon nor Mother Mississippi who, without favor, Nurture all creatures in the depths and on the shores These are not the only wonders of the world
When we come to it We, this people, on this minuscule and kithless globe Who reach daily for the bomb, the blade, the dagger Yet who petition in the dark for tokens of peace We, this people on this mote of matter In whose mouths abide cantankerous words Which challenge our existence Yet out of those same mouths Can come songs of such exquisite sweetness That the heart falters in its labor And the body is quieted into awe We, this people, on this small and drifting planet Whose hands can strike with such abandon That in a twinkling, life is sapped from the living Yet those same hands can touch with such healing, irresistible tenderness That the haughty neck is happy to bow And the proud back is glad to bend Out of such chaos, of such contradiction We learn that we are neither devils or divines
When we come to it We, this people, on this wayward, floating body Created on this earth, of this earthHave the power to fashion for this earth A climate where every man and every woman Can live freely without sanctimonious piety And without crippling fear
When we come to it We must confess that we are the possible We are the miraculous, the true wonders of this world That is when, and only when We come to it.
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Una osada y deslumbrante verdad
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Nosotros, esta gente en un pequeño y solitario planeta.
Viajando a través de un espacio causal. Más allá de las distantes estrellas, cruzando el camino de soles indiferentes hacia un destino donde todas las señales nos dicen: Es posible e imperativo que descubramos una sorprendente e intrépida verdad. Y cuando lleguemos a esto. Al día de hacer la paz. Cuando liberemos nuestros dedos. Desde los puños de la hostilidad, y permitamos al aire refrescar nuestras palmas.
Cuando lleguemos a esto Cuando las cortinas caigan en el show de odio de Minstrel, y los rostros apesadumbrados por el desdén queden limpios. Cuando los campos de batalla y el coliseo, no arrebaten hijos e hijas únicas, allá en los ensangrentados y maltratados pastos para mentir en planes idénticos en tierras extranjeras. Cuando los banderines ondeen con alegría. Cuando las pancartas del mundo tiemblen con fuerza, en la buena y limpia brisa.
Cuando lleguemos a esto. Cuando dejemos caer los rifles de nuestros hombres, y las niñas vistan sus muñecas con banderas de tregua, y las minas de la muerte hayan sido removidas, y los ancianos puedan caminar en tardes de paz. Cuando el ritual religioso no es perfumado por el incienso de la carne quemada, y los sueños de los niños no son maltratados con el despertar de pesadillas de abuso.
Cuando lleguemos a esto. Entonces confesaremos que ni las Pirámides, con sus piedras dispuestas con extraña perfección. Ni los Jardines de Babilonia colgando como belleza eternal en nuestra memoria colectiva. Ni el Gran Cañón encendido con colores maravillosos por los amaneceres de occidente. Ni el Danubio fluyendo en su alma azulada dentro de Europa. Ni el sagrado volcán del Monte Fuji estrechándose hacia el sol naciente. Ni el padre Amazonas ni la madre Mississipi, quienes, sin un favor, nutren todas las criaturas de las profundidades y de las costas. Estas no son las únicas maravillas del mundo
Cuando lleguemos a esto. Nosotros, esta gente, en este minúsculo e inhospitalario globo, que buscamos a diario la bomba, la espada, la daga, y aún pedimos bajo la oscuridad por la paz. Nosotros, esta gente en este foso de materia en cuyas bocas permanecen palabras ariscas que retan nuestra existencia. Aún fuera de esas mismas bocas, pueden emitir canciones de tan exquisita dulzura, que el corazón titubea en su labor y el cuerpo se aquieta en asombro. Nosotros, esta gente, en este pequeño y cambiante planeta, cuyas manos pueden golpear con semejante abandono, que en un abrir y cerrar de ojos, la vida es drenada del vivo y aún esas mismas manos pueden tocar con semejante ternura y poder curativo que el cuello arrogante se siente feliz de hacer una reverencia y la orgullosa espalda se regocija en agacharse. Fuera de todo ese caos, de tal contradicción, aprendemos que no somos demonios ni divinos
Cuando lleguemos a esto. Nosotros, esta gente, en este incorregible e inestable cuerpo creado en esta Tierra, de esta Tierra, tenemos el poder de rehacer esta Tierra. Un clima donde cada hombre y cada mujer puedan vivir libremente sin devoción santurrona y sin miedo paralizante.
Cuando lleguemos a esto. Debemos confesar que es posible para nosotros, que somos milagrosos, la verdadera maravilla del mundo. Eso será cuando y sólo cuando nosotros lleguemos a eso.
(...)Labels: Maya Angelou |
posted by Alfil @ 7:19 AM |
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