John Ashbery -Scheherazade- |
Friday, May 05, 2006 |
Scheherazade John Ashbery (EEUU, 1927- )
Unsupported by reason’s enigma Water collects in squared stone catch basins. The land is dry. Under it moves The water. Fish live in the wells. The leaves, A concerned green, are scrawled on the light. Bad Bindweed and rank ragweed somehow forget to flourish here. An inexhaustible wardrobe has been placed at the disposal Of each new occurrence. It can be itself now. Day is almost reluctant to decline And slowing down opens out new avenues That don’t infringe on space but are living here with Other dreams came and left while the bank Of colored verbs and adjectives was shrinking from the light To nurse in shade their want of a method But most of ah she loved the particles That transform objects of the same category Into particular ones, each distinct Within and apart from its own class. In all this springing up was no hint Of a tide, oniy a pleasant wavering of the air In which all things seemed present, whether Just past or soon to come. It was all invitation. So much the flowers outlined along the night Alleys when few were visible, yet Their story sounded louder than the hum Of bug and stick noises that brought up the rear, Trundling it along into a new fact of day. These were meant to be read as any Salutation before getting down to business, But they stuck to their guns, and so much Was their obstinacy in keeping with the rest (Like long flashes of white birds that refuse to die When day does) that none knew the warp Which presented this major movement as a firm Digression, a plain that slowly becomes a mountain. (…)
Scherezade
Sin apoyarse en el enigma de la razón el agua se acumula en pilas cuadradas de piedra. La tierra está seca. Por debajo se mueve el agua. Los peces viven en pozos. Las hojas, un inquieto verdor, son garabatos en la luz. Enredaderas salvajes y manzanillas podridas se olvidan de florecer aquí. Se ha puesto un armario inagotable a disposición de cada nuevo acontecimiento. Ahora puede ser él mismo. El día no declina sin cierta reticencia y al ralentizarse se abre en nuevas avenidas que sin violar el espacio viven aquí con nosotros. Otros sueños vinieron y se fueron mientras el depósito de verbos y adjetivos coloreados se escondía de la luz para arrullar en la sombra su falta de método aunque lo que más le gustaba eran las partículas que transforman objetos de la misma categoría en objetos particulares, cada uno distinto dentro y fuera de su propia clase. Entre tanto surgimiento nada anticipaba una marea, tan sólo un agradable estremecerse del aire en el que todo parecía estar presente, apenas pasado o a punto de llegar. Todo era invitación. Tanto que las flores se perfilaban por los senderos nocturnos, y aunque pocas eran visibles su historia resonaba más que el zumbido de chinches y el chasquido de palos que alentaba al fondo, convirtiéndolo a rastras en un nuevo hecho del día. Estaban ahí para ser leídos como cualquier salutación justo antes de entrar en materia, pero se quedaban pegados a sus pistolas, y era tal su obstinación por mantenerse junto al resto (como relámpagos de pájaros blancos que se resisten a morir con el día) que ninguno conocía la urdimbre que ofrecía este grandioso movimiento a modo de firme digresión, llanura que lentamente se convierte en monte. (…)
Versión de Julián Jiménez HeffernanLabels: John Ashbery |
posted by Alfil @ 8:01 PM |
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