William Blake -The little girl found- |
Saturday, April 08, 2006 |
The little girl found William Blake (1757-1827)
All the night in woe, Lyca's parents go: Over vallies deep. While the desarts weep.
Tired and woe-begone. Hoarse with making moan: Arm in arm seven days. They trac'd the desert ways.
Seven nights they sleep. Among shadows deep: And dream they see their child Starvdd in desart wild.
Pale thro' pathless ways The fancied image strays. Famish'd, weeping, weak With hollow piteous shriek
Rising from unrest, The trembling woman prest, With feet of weary woe; She could no further go.
In his arms he bore. Her arm'd with sorrow sore: Till before their way A couching lion lay.
Turning back was vain, Soon his heavy mane. Bore them to the ground; Then he stalk'd around.
Smelling to his prey, But their fears allay, When he licks their hands: And silent by them stands.
They look upon his eyes Fill'd with deep surprise: And wondering behold. A spirit arm'd in gold.
On his head a crown On his shoulders down, Flow'd his golden hair. Gone was all their care.
Follow me he said, Weep not for the maid; In my palace deep. Lyca lies asleep.
Then they followed, Where the vision led; And saw their sleeping child, Among tygers wild.
To this day they dwell In a lonely dell Nor fear the wolvish howl, Nor the lion's growl.
La niñita encontrada
La noche entera, infortunados, van los padres de Lyca a través de valles profundos mientras los desiertos lloran.
Exhaustos y desconsolados, roncos de tanto gemir, siete días tomados de los brazos las sendas del desierto rastrearon.
Duermen siete noches entre sombras profundas, y sueñan que ven a su niña famélica en la salvaje arena.
Apagada, sin rumbo, deambula la figura imaginada, hambrienta, llorando, endeble, con un sordo grito plañidero.
Erguida sobre su desasosiego, la temblorosa mujer se apresta con los pies pesados de dolor: ya no logra seguir adelante.
Él la toma en sus brazos armado con su profundo pesar, hasta que en medio de su camino ven recostado a un león.
Era imposible dar marcha atrás: pronto su pesada melena los abate contra el suelo, y después los circunda al acecho.
Olfatea a su presa; pero sus temores apacigua mediante el lamido de sus manos, y queda en silencio a su lado.
Lo miran a los ojos llenos de extrema sorpresa, y maravillados contemplan a un espíritu de oro revestido.
Sobre su cabeza, una corona; desplegada por los hombros fluctúa su cabellera dorada. Todo los temores se les diluyen.
"Seguidme", les expresa; "No lloréis por la niñita; en mi recóndito palacio Lyca descansa dormida."
Ellos lo siguen entonces hasta donde la visión llevaba, y vieron a su hijita durmiendo junto a los tigres feroces.
Hasta este día todavía moran en un solitario valle; no temen el aullido del lobo ni al león cuando ruge.Labels: William Blake |
posted by Alfil @ 7:44 PM |
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