(....)
El Petirrojo en la jaula
pone rabiosos a los cielos.
El Palomar henchido de palomas y pichones
hace temblar de horror al Averno;
El Perro exhausto ante la Puerta del Amo
anuncia la ruina del Estado.
El Caballo maltratado en la vía pública
reclama al cielo sangre humana.
Cada alarido de la liebre herida
Hiende una fibra del cerebro.
La Alondra herida en el ala
acalla el canto del querubín.
Choque de armas del combatiente
da espeluznos al sol naciente.
Cada aullido del Lobo o del León
Saca del Infierno un Alma condenada.
El corzo errante libra de cuitas
al alma acongojada.
El Cordero vejado alimenta la querella pública,
por más que perdone al cuchillo del carnicero.
El Murciélago que revolotea a la luz vesperal
acaba de abandonar un cerebro reacio a creer .
La lechuza que invoca la noche
propala el terror del incrédulo.
Quien hiriere al reyezuelo
será privado del reino del amor.
Quien desatare las iras del Buey
no poseerá el corazón de la mujer.
El niño retozón que matare la mosca
conocerá la hostilidad de la araña
El que tortura al inocente abejorro
se labra un lugar en la Noche eterna.
La oruga sobre la hoja
es el vivo recuerdo del dolor materno.
No mates la polilla ni la mariposa,
que el Juicio Final está cercano.
Da de comer al perro del mendigo y al gato
de la viuda para que engorden.
El Mosquito que zumba su canción veraniega
saca veneno de la lengua viperina.
Ponzoña de Serpiente y de Lagartija
trasuda el pie de la Envidia.
Veneno de la abeja doméstica son los celos
del artista.
Los atavíos del príncipe y los andrajos del pordiosero
son hongos brotados sobre la bolsa del codicioso.
una verdad dicha con cautela hace inanes
todas las mentiras que puedas imaginar.
El hombre nació para la alegría y el dolor,
y, alcanzada esta verdad, andamos ya seguros.
La alegría y el pesar son finos cendales
para ceñir el alma divina.
Cada pena encubre una alegría
de fina condición.
Una criatura es algo más que un
simple envoltorio de pañales.
Cada lágrima vertida se convierte
en una criatura en la eternidad
que acogen mujeres luminosas.
Los Balidos, los Ladridos, los Bramidos, y los
Rugidos olas son lanzadas contra las costas celestes.
El niño que llora a efectos del bastón
traza rótulos de venganza en los reinos de Plutón
Los jirones del harapiento, al cimbrearse en los aires
desgarran los cielos.
El soldado, armado de sable y de fusil,
hace detener el sol estival.
El maravedí del menesteroso vale más
que todo el oro africano.
Exprimido el sudor del labriego,
malbaratado es el terruño del mísero;
Amparada la expoliación desde el poder ,
EsquiImada queda la nación entera.
Quien hiciere escarnio de la fe infantil
escarnecido será en el siglo y en la muerte.
Quien al niño enseñe a dudar,
no saldrá nunca del pudridero.
El que guarda reverencia a la fe infantil
triunfará del infierno y de la tumba.
Los juguetes y las razones del anciano
son la sazón de dos estaciones
El preguntón dado a las argucias
no ha de hallar respuesta segura.
El que da réplica a las razones de la Duda
hace pública la luz del conocimiento.
El veneno más deletéreo que conocieron las edades
provino siempre de la Corona de Laurel del César
Nada es capaz de deformar tanto la humana estirpe
como el férreo brazal de la armadura.
Algunos nacen para el dulce deleite,
otros para la noche sempiterna.
Cuando el oro y las gemas adornan el Arado,
a las artes pacíficas se les rinde pleitesía.
El Garbillo o el tijeretear del Grillo
responden de molde a la Duda.
La pulgada que recorre la hormiga y la milla del águila
hacen de la filosofía algo renqueante y risible.
A quien le asaltan dudas acerca de lo visto,
por más que haga, no ha de creer.
Si el Sol o la Luna dudaren,
de inmediato se apagarían.
Estando enojado puedes obrar el bien
Pero no, si el enojo en ti residiese.
La lumia y el tahur, con la licencia del Estado
edificaron el destino de la Nación.
El grito callejero de la mujer de punto
labrará la mortaja de la vieja Albión.
El vocerío del ganador, la maldición del vencido,
Bailan ante el carro fúnebre inglés.
Cada noche y cada mañana
alguien nace a las desdichas de la vida.
Cada noche y cada mañana
alguien nace a las dichas de la existencia
Somos inducidos a creer una Mentira,
Cuando no vemos a través del ojo del espíritu
lo que en una noche engendróse en el alma
Para en una noche perecer ,
estando el alma dormida entre rayos de luz.
Dios aparece, Dios es luz
para las almas desvalidas que moran en la noche
Pero descubre su humana forma
a quienes moran en los dominios del día.
(....)
El Petirrojo en la jaula
pone rabiosos a los cielos.
El Palomar henchido de palomas y pichones
hace temblar de horror al Averno;
El Perro exhausto ante la Puerta del Amo
anuncia la ruina del Estado.
El Caballo maltratado en la vía pública
reclama al cielo sangre humana.
Cada alarido de la liebre herida
Hiende una fibra del cerebro.
La Alondra herida en el ala
acalla el canto del querubín.
Choque de armas del combatiente
da espeluznos al sol naciente.
Cada aullido del Lobo o del León
Saca del Infierno un Alma condenada.
El corzo errante libra de cuitas
al alma acongojada.
El Cordero vejado alimenta la querella pública,
por más que perdone al cuchillo del carnicero.
El Murciélago que revolotea a la luz vesperal
acaba de abandonar un cerebro reacio a creer .
La lechuza que invoca la noche
propala el terror del incrédulo.
Quien hiriere al reyezuelo
será privado del reino del amor.
Quien desatare las iras del Buey
no poseerá el corazón de la mujer.
El niño retozón que matare la mosca
conocerá la hostilidad de la araña
El que tortura al inocente abejorro
se labra un lugar en la Noche eterna.
La oruga sobre la hoja
es el vivo recuerdo del dolor materno.
No mates la polilla ni la mariposa,
que el Juicio Final está cercano.
Da de comer al perro del mendigo y al gato
de la viuda para que engorden.
El Mosquito que zumba su canción veraniega
saca veneno de la lengua viperina.
Ponzoña de Serpiente y de Lagartija
trasuda el pie de la Envidia.
Veneno de la abeja doméstica son los celos
del artista.
Los atavíos del príncipe y los andrajos del pordiosero
son hongos brotados sobre la bolsa del codicioso.
una verdad dicha con cautela hace inanes
todas las mentiras que puedas imaginar.
El hombre nació para la alegría y el dolor,
y, alcanzada esta verdad, andamos ya seguros.
La alegría y el pesar son finos cendales
para ceñir el alma divina.
Cada pena encubre una alegría
de fina condición.
Una criatura es algo más que un
simple envoltorio de pañales.
Cada lágrima vertida se convierte
en una criatura en la eternidad
que acogen mujeres luminosas.
Los Balidos, los Ladridos, los Bramidos, y los
Rugidos olas son lanzadas contra las costas celestes.
El niño que llora a efectos del bastón
traza rótulos de venganza en los reinos de Plutón
Los jirones del harapiento, al cimbrearse en los aires
desgarran los cielos.
El soldado, armado de sable y de fusil,
hace detener el sol estival.
El maravedí del menesteroso vale más
que todo el oro africano.
Exprimido el sudor del labriego,
malbaratado es el terruño del mísero;
Amparada la expoliación desde el poder ,
EsquiImada queda la nación entera.
Quien hiciere escarnio de la fe infantil
escarnecido será en el siglo y en la muerte.
Quien al niño enseñe a dudar,
no saldrá nunca del pudridero.
El que guarda reverencia a la fe infantil
triunfará del infierno y de la tumba.
Los juguetes y las razones del anciano
son la sazón de dos estaciones
El preguntón dado a las argucias
no ha de hallar respuesta segura.
El que da réplica a las razones de la Duda
hace pública la luz del conocimiento.
El veneno más deletéreo que conocieron las edades
provino siempre de la Corona de Laurel del César
Nada es capaz de deformar tanto la humana estirpe
como el férreo brazal de la armadura.
Algunos nacen para el dulce deleite,
otros para la noche sempiterna.
Cuando el oro y las gemas adornan el Arado,
a las artes pacíficas se les rinde pleitesía.
El Garbillo o el tijeretear del Grillo
responden de molde a la Duda.
La pulgada que recorre la hormiga y la milla del águila
hacen de la filosofía algo renqueante y risible.
A quien le asaltan dudas acerca de lo visto,
por más que haga, no ha de creer.
Si el Sol o la Luna dudaren,
de inmediato se apagarían.
Estando enojado puedes obrar el bien
Pero no, si el enojo en ti residiese.
La lumia y el tahur, con la licencia del Estado
edificaron el destino de la Nación.
El grito callejero de la mujer de punto
labrará la mortaja de la vieja Albión.
El vocerío del ganador, la maldición del vencido,
Bailan ante el carro fúnebre inglés.
Cada noche y cada mañana
alguien nace a las desdichas de la vida.
Cada noche y cada mañana
alguien nace a las dichas de la existencia
Somos inducidos a creer una Mentira,
Cuando no vemos a través del ojo del espíritu
lo que en una noche engendróse en el alma
Para en una noche perecer ,
estando el alma dormida entre rayos de luz.
Dios aparece, Dios es luz
para las almas desvalidas que moran en la noche
Pero descubre su humana forma
a quienes moran en los dominios del día.