Gerard Manley Hopkins -The habit of perfection- |
Thursday, September 08, 2005 |
The habit of perfection Gerard Manley Hopkins (1844-1889)
Elected Silence, sing to me And beat upon my whorlèd ear, Pipe me to pastures still and be The music that I care to hear. Shape nothing, lips; be lovely-dumb: It is the shut, the curfew sent From there where all surrenders come Which only makes you eloquent. Be shellèd, eyes, with double dark And find the uncreated light: This ruck and reel which you remark Coils, keeps, and teases simple sight. Palate, the hutch of tasty lust, Desire not to be rinsed with wine: The can must be so sweet, the crust
So fresh that come in fasts divine! Nostrils, your careless breath that spend Upon the stir and keep of pride, What relish shall the censers send Along the sanctuary side!
O feel-of-primrose hands, O feet That want the yield of plushy sward, But you shall walk the golden street And you unhouse and house the Lord. And, Poverty, be thou the bride
And now the marriage feast begun, And lily-coloured clothes provide Your spouse not laboured-at nor spun.
El hábito de la perfección
Predestinado Silencio, canta para mí y golpea mi acaracolada oreja, condúceme en tu flauta a calmos pastizales, sé la música que ansío escuchar.
No plasméis nada, labios; sed suavemente mudos: es el cierre, el toque de queda lanzado desde donde llega toda renuncia, lo que te hace elocuente.
Permaneced velados, ojos, por doble tiniebla, y hallad la luz increada: esa masa y carrete que adviertes, envuelve, detiene, molesta la simple vista.
¡Paladar, cofre del concupiscente gusto, no quieras ser lavado con vino: más dulce será el ánfora, más fresca la corteza que trae el ayuno divino!
¡Nasales formas, el indiferente hálito que arrojáis sobre la agitación y el obstáculo del orgullo, qué sabor derramarán los incensarios a lo largo del santuario!
Oh manos como prímulas, oh pies que quieren lo blando del afelpado césped, hollaréis la calle dorada y expondréis y alojaréis al Señor.
Y tu, Pobreza, sé la esposa, y comienza ahora la fiesta de bodas, y ropas blancas como lirios brinda a tu esposo, no trabajes ni hiles.Labels: Gerard Manley Hopkins |
posted by Alfil @ 8:18 AM |
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