The cross of snow Henry Wadsworth Longfellow (1807-1882)
In the long, sleepless watches of the night, A gentle face —the face of one long dead— Looks at me from the wall, where round its head The night-lamp casts a halo of pale light. Here in this room she died; and soul more white Never through martyrdom of fire was led To its repose; nor can in books be read The legend of a life more benedight. There is a mountain in the distant West That, sun-defying, in its deep ravines Displays a cross of snow upon its side. Such is the cross I wear upon my breast These eighteen years, through all the changing scenes And seasons, changeless since the day she died.
La cruz de nieve
Durante las largas e insomnes vigilias de la noche, un gentil rostro —el rostro de quien murió hace tiempo— me observa desde la pared mientras el candil proyecta a su alrededor un halo de pálida luz. Aquí murió, en esta habitación; el martirio del fuego nunca llevó al reposo una alma más pura ni tampoco puede leerse en ningún libro la leyenda de una vida más bendita. Lejos de aquí, en el distante Oeste, hay una monte que desafía el sol y muestra una cruz de nieve en las profundas quebradas de una de sus laderas. Así es la cruz que llevo hace dieciocho años sobre el pecho, a través de la mudanza de estaciones y paisajes, inmutable desde el día en que ella murió.
Versión de Flavia PittellaLabels: Henry Wadsworh Longfellow |