Adrienne Rich -An atlas of the difficult world- XIII. I know you are reading this poem...- |
Friday, September 10, 2004 |
An atlas of the difficult world Adrienne Rich (1929 - )
XIII. I know you are reading this poem...
I know you are reading this poem late, before leaving your office of the one intense yellow lamp-spot and the darkening window in the lassitude of a building faded to quiet long after rush-hour. I know you are reading this poem standing up in a bookstore far from the ocean on a grey day of early spring, faint flakes driven across the plains' enormous spaces around you. I know you are reading this poem in a room where too much has happened for you to bear where the bedclothes lie in stagnant coils on the bed and the open valise speaks of flight but you cannot leave yet. I know you are reading this poem as the underground train loses momentum and before running up the stairs toward a new kind of love your life has never allowed. I know you are reading this poem by the light of the television screen where soundless images jerk and slide while you wait for the newscast from the intifada. I know you are reading this poem in a waiting-room of eyes met and unmeeting, of identity with strangers. I know you are reading this poem by fluorescent light in the boredom and fatigue of the young who are counted out, count themselves out, at too early an age. I know you are reading this poem through your failing sight, the thick lens enlarging these letters beyond all meaning yet you read on because even the alphabet is precious. I know you are reading this poem as you pace beside the stove warming milk, a crying child on your shoulder, a book in your hand because life is short and you too are thirsty. I know you are reading this poem which is not in your language guessing at some words while others keep you reading and I want to know which words they are. I know you are reading this poem listening for something, torn between bitterness and hope turning back once again to the task you cannot refuse. I know you are reading this poem because there is nothing else left to read there where you have landed, stripped as you are.
Un atlas del mundo difícil
XIII. Sé que estás leyendo este poema...
Sé que estás leyendo este poema tarde, antes de dejar tu oficina de la única lámpara amarillo intenso y la ventana que se va oscureciendo en la lasitud de un edificio fundido al silencio mucho después de la hora pico. Sé que estás leyendo este poema parada en una librería lejos del océano en un día gris del principio de la primavera, débiles copos arrastrados por los enormes espacios de las planicies a tu alrededor. Sé que estás leyendo este poema en una habitación donde demasiado ha sucedido como para que lo soportes donde las sábanas se enroscan estancadas en la cama y la valija abierta habla de huida pero todavía no podés irte. Sé que estás leyendo este poema mientras el subterráneo pierde velocidad y antes de subir corriendo las escaleras hacia una nueva clase de amor que tu vida nunca permitió. Sé que estás leyendo este poema a la luz de la pantalla del televisor donde imágenes sin sonido se sacuden y deslizan mientras esperás el noticiero de la intifada. Sé que estás leyendo este poema en una sala de espera de ojos encontrados y que no se encuentran, de identidad con extraños. Sé que estás leyendo este poema con luz fluorescente en el aburrimiento y la fatiga de jóvenes contados, que se descuentan a sí mismos, a una edad demasiado temprana. Sé que estás leyendo este poema con tu vista debilitada, los gruesos lentes agrandando estas letras más allá de todo significado y sin embargo seguís leyendo porque hasta el alfabeto es precioso. Sé que estás leyendo este poema caminando por la cocina calentando leche, un bebé llorando sobre tu hombro, un libro en tu mano porque la vida es corta y vos también tenés sed. Sé que estás leyendo este poema que no está en tu idioma adivinando algunas palabras mientras otras te hacen seguir leyendo y quiero saber cuáles son esas palabras. Sé que estás leyendo este poema escuchando, desgarrada entre la amargura y la esperanza volviendo una vez más a la tarea que no podés rehuir. Sé que estás leyendo este poema porque ya no queda otra cosa que leer ahí donde aterrizaste, desnuda como estás.
Versión de Gabriela AdelsteinLabels: Adrienne Rich |
posted by Alfil @ 10:41 AM |
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