John Ashbery -De Imagine Mundi- |
Friday, May 05, 2006 |
De Imagine Mundi John Ashbery (EEUU, 1927- )
The many as noticed by the one: The noticed one, confusing itself with the many Yet perceives itself as an individual Traveling between two fixed points. Such glance as dares dart out To pin you in your afternoon lair is only a reflex, A speech in a play consisting entirely of stage directions Because there happened to be a hole for it there. Unfortunately, fewer than one haif of one per cent Recognized the divined gesture as currency (Which it is, albeit inflated) And the glance comes to rest on top of a steeple With about as much interest as a bird’s.
They had moved out here from Boston Those two. (The one, a fair sample Of the fair-sheaved many, The other boggling into single oddness Plays at it when he must Not getting better or younger.)
The weather kept them at their small tasks: Sorting out the news, mending this and that. The great poker face impinged on them. And rejoiced To be a living reproach to Something new they’ve got. Skeeter collecting info: “Did you know About the Mugwump of the Final Hour?”
Their even flesh tone A sign of “Day off,” The buses moving along quite quickly on the nearby island Also registered, as per his plan.
Taking a path you never saw before Thought yow knew the area (The many perceive they fight off sleep). “A few gaffers stay on To the end of the line Tho that is between bookends.” The note is struck finally With just sufficient force but like a thunderbolt As only the loudest can be imagined. And they stay on to talk it over.
De Imagine Mundi
Los muchos percibidos por uno: ese uno percibido, confundiéndose con los muchos sin embargo se comprende a sí mismo como un individuo viajando entre dos puntos fijos. La mirada que se atreve a lanzar para inmovilizarte en tu guarida vespertina es sólo un reflejo, un discurso en la función íntegramente hecha de indicaciones escénicas pues resultó que allí había un agujero disponible. Por desgracia, menos de la mitad de un uno por ciento reconoció el gesto adivinado como divisa (que lo es, aunque algo exagerado) y la mirada viene a posarse en la punta de una torre con el mismo interés casi que el de un pájaro.
Se mudaron aquí desde Boston estos dos. (Uno, una hermosa muestra de los muchos bien agavillados, el otro boquiabierto ante la singular rareza juega a ello cuando debe sin volverse mejor persona ni más joven.)
El clima los mantuvo en sus tareas menores: ordenando las noticias, reparando esto o aquello. La gran cara de póquer incidió sobre ellos. Y se alegraron de ser un reproche viviente hacia lo nuevo que obtuvieron. Skeeter recabando información: “¿Tenías noticia de aquel Independiente de la Última Hora?”
Su tono humano regular como señal de “Día libre”, los autobuses que circulan muy rápido en la isla próxima matriculados también de acuerdo con su plan.
Al tomar un sendero que nunca antes habías visto creías conocer la zona (Los muchos perciben que intentan no dormirse). “Unos pocos capataces siguen hasta el final de la línea aunque eso ocurre en la estantería.” Finalmente se dio la nota con la fuerza justa, aunque sonó como un trueno, el más ensordecedor que cupiera imaginar. Y ellos se quedan para comentarlo.
Versión de Julián Jiménez HeffernanLabels: John Ashbery |
posted by Alfil @ 8:04 PM |
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