Tuesday, April 18, 2006

Samuel Beckett -Whoroscope-

Whoroscope
Samuel Beckett (1906-1989)

What’s that?
An egg?
By the brother Boot it stinks fresh.
Give it to Gillot

Galileo how are you
and his consecutive thirds!
The vile old Copernican lead-swinging son of a sutler!
We’re moving he said we’re off—Porca Madonna!
the way a boatswain would be, or a sack-of-potatoey charging Pretender
That’s not moving, that’s moving.

What’s that?
A little green fry or a mushroomy one?
Two lashed ovaries with prosciutto?
How long did she womb it, the feathery one?
Three days and four nights?
Give it to Gillot

Faulhaber, Beeckmann and Peter the Red,
come now in the cloudy avalanche or Gassendi’s sun-red crystally cloud
and I’ll pebble you all your hen-and-a-half ones
or I’ll pebble a lens under the quilt in the midst of day
To think he was my own brother, Peter the Bruiser,
and not a syllogism out of him
no more than if Pa were still in it.

Hey! Pass over those coppers
sweet milled sweat of my burning liver!
Them were the days I sat in the hot-cupboard throwing Jesuts out of the skylight.

Who’s that? Hals?
Le him wait.

My squinty doaty!
I hid and you sook.
And Francine my precious fruit of a house-and-parlour foetus!
What an exfoliation!
Her little grey flayed epidermis and scarlet tonsils!
My one child
Scourged by a fever to stagnant murky blood—
Blood!
Oh Harvey beloved
How shall the red and white, the many in the few,
(dear bloodswirling Harvey)
eddy through that cracked beater?
And the fourth Henry came to the crypt to the arrow.

What’s that?
How long?
Sit on it.

A wind of evil flung my despair of ease
against the sharp spires of the one
lady:
not once or twice but…
(Kip of Christ hatch it!)
in one sun’s drowing
(Jesuitasters please copy).
So on with the silk hose over the knitted, and the morbid leather—
What am I saying! the gentle canvas—
and away to Ancona on the bright Adriatic,
and farewell for a space to the yellow key of Rosicrucians.

They don’t know what the master of the that do did,
that the nose is touched by the kiss of all foul and sweet air,
and the drums, and the throne of the faecal inlet,
and the eyes by its zig-zags
So we drink Him and eat Him
and the watery Beaune and the stale cubes of Hovis
because He can jig
as near or as far from His Jigging Self
and a sad or lively as the chalice or the tray asks
How’s that, Antonio?

In the name of Bacon will you chicken me up that egg.
Shall I swallow cave-phantoms?
Anna Maria!
She reads Moses and says her love is crucified.
Leider! Leider! She blomed and withered,
a pale abusive parakeet in a maistreet window.
No I believe every word of it I assure you
Fallor, ergo sum!
The coy old frôleur!
He tolle’d and legge’d
and he buttoned on his redemptorist waistcoat.
No matter, let it pass.
I’m a bold boy I know
so I’m not my son
(ever if I were a concierge)nor Joachim my father’s
but the chip of a perfect block that’s neither old nor new,
the lonely petal of a great high bright rose.

Are you ripe at last,
my slim pale double-breasted turd?
How rich she smells,
this abortion of a fledgling!
I will eat it with a fish fork.
White and yolk and feathers.
Then I will rise and move moving
toward Rahab of the snows,
the murdering matinal pope-confessed amazon,
Christina the ripper.
Oh Weulles spare the blood of a Frank
Who has climbed the bitter steps,
(René du Perrron…!)
and grant me my second
starless inscrutable hour.


Whoroscope
(Horóscoño)


¿Qué es esto?
¿Un huevo?
Por los hermanos Boot, apesta a fresco.
Dáselo a Gillot.

Cómo estás, Galileo,
¡y sus terceras sucesivas!
¡Asqueroso viejo nivelador copernicano hijo de vivandera!
Nos movemos, dijo, al fin nos marchamos-¡Porca Madonna!
como un contramaestre o un Pretendiente saco-de-patatas cargando
contra el enemigo.
Esto no es moverse, sino conmoverse.

Qué es esto ?
¿Una tortilla acerba o una que ha florecido?
¡Dos ovarios revueltos con prosticiutto?
¿Cuánto tiempo lo invaginó, la emplumada?
Tres días y cuatro noches?
Dáselo a Gillot.

Faulhaber, Beeckman y Pedro el Rojo
venid ahora en un alud de nubarrones o en la cristalina nube de
roja como el sol, Gassendi
y os limaré todas vuestras gallinas-y-medio
o limaré una lente bajo el edredón en la mitad del día.

Pensar que era él, mi propio hermano, Pedro el Bravucón
y que no usaba de silogismo alguno
como si Papi aún estuviera con vida.
¡Ea!, pásame esa calderilla,
¡dulce sudor molido de mi hígado ardiente!
¡Qué días aquéllos, arrojando sentado al lado de la estufa jesuitas
por el tragaluz!

¿Y ése, quién es? ¿Hals?
Que espere.

¡Mi adorable bizquita!
Yo me escondía y me buscabas.
Y Francine, precioso fruto mío de un feto casa-y-gabinete!
¡Vaya una exfoliación!
¡Su pequeña epidermis grisácea y desollada, y rojas las amígdalas!
Hija única mía
Azotada por la fiebre hasta en el turbio restañar de su sangre...
¡sangre!
¡Oh, Harvey de mi corazón!
¿qué harán los rojos y los blancos, los muchos en los pocos
(querido Harvey sangre-girador)
para arremolinarse por este batidor resquebrajado?
Y el cuarto Enrique llegó a la cripta de la flecha.

¿Qué es esto?
¿Desde cuando?
Incúbalo.

Un viento de maldad empujaba la desesperación de mi sosiego
contra las escarpadas cimas de la señora
única:
no una vez ni dos, sino...
(¡Burdel de Cristo, empóllalo!)
en una sola anegación de sol.
(Jesuitastros, copien, por favor.)

Por lo tanto adelante con las medias de seda sobre el traje de punto
y la piel mórbida...
qué estoy diciendo, la suave tela...
y vámonos a Ancona, sobre el brillante Adriático,
y adiós unos instantes a la amarilla llave de los Rosacruces.
Ellos no saben qué es lo que hizo el dueño de todos los que hacen,
que a la nariz le toca el beso del aire todo fétido y fragante
y a los tímpanos, y al trono del orificio fecal
y a los ojos su zigzag.
De esta manera Le bebemos y Le comemos
y el Beaune aguado y los duros cubitos de pan Bimbo
porque Él puede danzar
igual cerca que lejos de Su Esencia Danzante
y tan triste o tan vivo como requiere el cáliz, la bandeja.
¿Qué te parece, Antonio?

¡En el nombre de Bacon, me empollaréis el huevo!
¿O deberé tragárme fantasmas de caverna?

¡Anna María!
Ella lee a Moisés y dice que su amor está crucificado.
¡Leider! ¡Leider! Florecía pero se marchitó,
pálido y abusivo periquito en el escaparate de una calle mayor.
No, si creo desde el Principio a la última palabra, te lo juro.
¡Fallor, ergo sum!
viejo frôleur esquivo
Toll-ó y legg-ó
y se abrochó el chaleco de redentorista.
No importa, pasémoslo por alto.
Soy un niño atrevido, ya lo sé,
luego no soy mi hijo
(aunque fuese portero)
ni el de Joaquín mi padre,
sino astilla de un palo perfecto que no es viejo ni nuevo
pétalo solitario de una gran rosa, alta y resplandeciente.

¿Estás maduro al fin
pálido y esbelto tordo mío, de seno desdoblado?
¡Qué ricamente huele
este aborto de volantón!
Lo comeré con tenedor para pescado.
Clara y plumas y yema.
Me alzaré luego y empezaré a moverme
hacia Raab de las nieves,
la matinal amazona asesina confesada por el papa,
Cristina la destripadora.

Oh Weulles, no derrames la sangre de un franco
que ha subido los peldaños amargos
(René du Perron...)
y otórgame mi hora
segunda inescrutable sin estrellas.

Versión de Jenaro Talens

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